Sin las masas de público que atestaron los trenes y estaciones el jueves pasado de la inauguración, el Metro de Sevilla afrontó ayer el segundo día de funcionamiento con una cantidad más razonable de viajeros, para los que era la primera vez que tenían que pagar por utilizar el servicio, frente a los trayectos gratuitos que se ofrecieron en la jornada de apertura de la línea, con 17 estaciones por ahora.
Según los datos de uso recogidos por la empresa explotadora, entre las 6:30 y las 21:00 de ayer se montaron en el Metro 30.124 viajeros, aunque la cifra oficial no incluye a los usuarios que se registraron también en las últimas cinco horas del servicio: entre las 21:00 y las dos de la madrugada, hora se cerró la línea al tratarse de un viernes (los demás días laborables el cierre produce a las 23:00). El número estimado de viajeros diarios que maneja la concesionaria de la línea apunta a las 50.000 personas.
En las 24 horas que transcurrieron desde las 14:00 del jueves a las 14:00 de ayer, los usuarios que se montaron en la línea 1 ascendieron a 49.193 viajeros.
En las estaciones, los usuarios continuaban con cierto desconcierto por el uso de las máquinas expendedoras y de recarga de billetes, una situación que se repetía en los tornos de entrada y salida, sobre todo en las paradas con más demanda, como las del Aljarafe. Ciudad Expo ha sido la estación con más viajeros en esta jornada completa, ya que por ella habían pasado 6.907 personas hasta esa hora.
La nota común del servicio sigue siendo la avería de los paneles informativos de los andenes, que carecen por completo de información sobre el tiempo estimado de llegada de los trenes y ni siquiera funcionan en intercambiadores clave de la línea como el Prado de San Sebastián. El único mensaje que muestran casi todos es el de "próximo tren entra", sin que en la práctica esta información coincida con la realidad.
Por ejemplo, a las 13:38 de ayer en el panel del andén los viajeros pudieron ver que faltaban 2 minutos para el Metro en dirección Ciudad Expo, pero la realidad es que a las 13:42 el tren no había aparecido y el panel seguía indicando que aún faltaba "1 minuto". Ni siquiera cuando el vehículo llegó al Prado a las 13:43 se regularizó la información, ya que el luminoso seguía indicando "1 minuto".
Las puertas del andén también dieron algunos problemas en la Plaza de Cuba con los vehículos con destino a Condequinto. Los viajeros permanecieron seis minutos dentro del tren con las puertas abriéndose y cerrándose sin que el tren avanzara un palmo.
En la parada de la Pablo de Olavide una de las escaleras mecánicas en dirección al vestíbulo de entrada no funcionaba y había que emplear las escaleras normales.
Los tiempos de viaje entre estaciones se normalizaron a lo largo de la línea por la sencilla razón de que los usuarios que utilizaron el Metro ayer lo hacían sobre todo por motivos laborales y para otras necesidades de desplazamiento. A las dos de la tarde se cumplieron los tiempos de viaje previstos, al menos entre las estaciones del Prado y Cocheras. A las 14:03, el vehículo que salió del Prado llegó a San Bernardo en apenas dos minutos, el mismo que empleó en trasladarse desde allí a Nervión, luego a la Gran Plaza, Primero de Mayo, Amate, La Plata y Cocheras. El reloj interior del tren marcaba entonces las 14:16, lo que significa que empleó 13 minutos en transportar a los usuarios entre ambos puntos, según las comprobaciones efectuadas por este periódico.
Respecto a las impresiones, una pandilla de jóvenes que aguardaba junto a la escalera de la estación del Prado elogió hasta el último detalle del Metro. Alumnos del instituto Herrera de tercero y cuarto de ESO así como viajeros habituales de Sevici y de los autobuses de Tussam, Luis Martín, Sebastián Gómez, Álvaro Granados y Ricardo Diéguez opinan que "el tamaño de los vagones está bien para Sevilla porque los vehículos pasan frecuentemente", y elogian que pare a recoger viajeros más veces que el autobús, que sea más práctico y rápido para ir a Montequinto, sobre todo porque no tiene que mezclarse con el resto del tráfico.
En la estación de la Olavide el becario Eloy, de 29 años, y el profesor sustituto Felipe, de 31, comparten vagón. El primero dice que los vagones "son para poca gente, comparados con Madrid, aunque esto se compensa si la frecuencia de paso se cumple cada cuatro minutos". Al segundo le parecen grandes cuando hay poca gente y cree que hay que ver cómo se comportan en fechas clave como Semana Santa y Feria, así como en las horas punta.
Fuente: Diario de Sevilla (www.diariodesevilla.es)