Las futuras vías se encuentran suspendidas dentro de la zanja abierta junto al bulevar central y sujetas a una decena de soportes metálicos enganchados a una de las paredes laterales.
En Fernando el Católico, la plataforma del tranvía no se construye sobre servicios públicos como tuberías de agua o conducciones de gas como ocurre en otros tramos de la obra. Por ello, la constructora del tranvía ha escogido esta zona para colocar los primeros carriles. En solo unos días, los carriles serán visibles también en otras calles del trazado como Gran Vía y Vía Ibérica. Y, entre tanto, continúa un trabajo casi febril en la parcela de Valdespartera en la que se enchaquetan --se forran con neumáticos reciclados-- los carriles de acero galvanizado.
Mientras, la Gran Vía se blindó ayer al tráfico rodado en los dos sentidos de circulación. El cierre no ocasionó graves trastornos en la movilidad de este punto neurálgico de Zaragoza, ya que las vías alternativas, por el paseo Sagasta y Hernán Cortes --hacia el paseo Teruel y la avenida Goya-- absorbieron sin problemas los miles de vehículos desviados.
A las diez de la mañana se empezaron a colocar las vallas que impedían el acceso desde la plaza Basilio Paraíso, así como desde las calles Lagasca, Marcial y Laguna de Rins. Acto seguido, las máquinas empezaron a levantar el pavimento de la calzada y a arañar un poco más del bulevar. Además, se desmontó el mobiliario que quedaba en previsión de la llegada "esta semana" de las dos grúas que empezarán a retirar el cubrimiento del Huerva.
Mientras, las vallas tan solo permitían cruzar a pie en Basilio Paraíso o a la altura de Alférez Provisional. Un bloqueo de más 400 metros que provocó críticas de vecinos y comerciantes, que exigen pasos provisionales en zonas intermedias y, en el caso de los negocios, medidas para paliar el temido descenso de sus ventas, sobre todo en campaña navideña.
Fuente: El Periódico de Aragón (www.elperiodicodearagon.com)