Andy Kunz, presidente de la Asociación de Trenes de Alta Velocidad en Estados Unidos, aseguró ayer en Madrid que al menos diez empresas españolas han presentado proyectos para participar en la construcción de uno de los más ambiciosos proyectos lanzados por Barack Obama, presidente de Estados Unidos: la red del tren de alta velocidad, que conectará las principales ciudades de este país. Kunz mencionó expresamente entre los aspirantes a Renfe, y valoró especialmente su propuesta, ya que "lo que principalmente necesitamos son empresas con experiencia en la operación".
Sin embargo, dijo también que el proyecto precisa de empresas diseñadoras, de ingeniería, compañías de construcción de infraestructuras, de fabricación de material rodante y dejó entrever que algunas de las empresas españolas interesadas están en estos sectores, aunque prefirió no citar nombres.
El interés de los ferrocarriles estadounidenses por contar con empresas operadoras españolas fue justificado por Kunz debido a la experiencia de España en materia de la alta velocidad ferroviaria. "Estados Unidos, a pesar de ser un país muy desarrollado, se ha quedado atrás en este tema", puntualizó. "Los españoles tienen una gran experiencia y visión y trabajan con un buen precio. Renfe, ya que está interesada, podría venir y operar algunos de los sistemas", agregó.
Kunz dijo que para Estados Unidos es prioritaria la necesidad de contar con una red de trenes de alta velocidad que "dé más opciones de movilización a la ciudadanía". Recordó que sólo el 2% de la población de su país utiliza trenes como medio de transporte. Mientras tanto, el 90% de los viajeros optan por el avión o el automóvil para sus desplazamientos.
Red electrificada.
Kunz explicó que la nueva red ferroviaria en Estados Unidos estará completamente electrificada con el fin de reducir la dependencia de los derivados del petróleo. Señaló que las condiciones para iniciar las obras y el papel que jugarán los diferentes gobiernos, tanto el federal, como los estatales, todavía no están determinados. De hecho, la falta de una legislación que establezca estándares homogéneos para la administración de una red de alta velocidad en Estados Unidos es un problema que debe afrontarse de manera inmediata.
El presidente de la Asociación de Alta Velocidad aseguró que ya se han planteado problemas por la diferente legislación en cada Estado: "En California se administrará la red con unas normas que son diferentes a las que podrían aplicarse en Texas y esto, finalmente, ocasionaría un desastre".
Kunz aseguró que la nueva red ferroviaria comenzará a construirse en 2015 y las obras durarán 20 años. El plan ha sido diseñado de manera que se conecten primero las ciudades principales. En esa primera fase, que tiene como fecha de referencia 2015, se incluirían conexiones tales como Sacramento-San Francisco-Los Ángeles y San Diego o Seatle-Eugene. En el centro del país se plantea la construcción de líneas como San Antonio-Houston o Minneapolis-Chicago-Toledo-Detroit. En la costa este, destacan en esta primera fase conexiones como Miami-Tampa, Nueva York-Washington o Birmingham-Charlotte.
La segunda fase del plan tiene como referencia temporal el año 2020, e incluye líneas como San Diego-Phoenix o Nueva Orleans-San Antonio. En la tercera fase, y con el horizonte de 2025, se sitúan líneas como Albuquerque y Dallas o Memphis-Nashville. La última fase, que tiene como plazo 2030, incluiría conexiones como Denver-Kansas City o Mobile-Jacksonville.
Fuente: Cinco Días (www.cincodias.com)