lunes, 28 de febrero de 2011

NOTICIAS-La alta velocidad ferroviaria cierra 24 estaciones de tren y amenaza a otras 45.

Es el anverso de las maquetas de las flamantes intermodales de líneas rectas con que sueñan los alcaldes de las ciudades en vísperas de las municipales. La entrada en servicio del AVE permitirá a Galicia beneficiarse de las ventajas que ya disfrutan desde hace años otras comunidades, donde los competitivos tiempos de viaje del ferrocarril eclipsan al avión. Pero esa revolución que facilitará la movilidad en larga distancia también tendrá contrapartidas que penalizarán el uso del tren dentro de la comunidad, con el cierre de decenas de estaciones y apeaderos en la red convencional.

De momento, el nuevo trazado entre Santiago y A Coruña ya se ha llevado por delante 8 estaciones de la red convencional, a las que hay que añadir 10 más que quedarán fuera de servicio en el trazado sur del eje atlántico (Redondela-Santiago) y 6 más que desaparecerán en otras rutas. El mismo final puede esperar a 45 estaciones y apeaderos cuya continuidad aún está a expensas de lo que determinen los estudios informativos pendientes en otras líneas. Es el caso, entre otros, del trazado A Coruña-Lugo, donde quedarían sin servicio 20 estaciones construidas entre 1875 y 1883; de la conexión Betanzos-Infesta-Ferrol, con 11 instalaciones en peligro; y del itinerario Monforte-Ponferrada, con 11 estaciones más cuyo futuro deberá aclarar el estudio informativo correspondiente.

Santiago-Ourense.

Pero a la indefinición en que se encuentran estos edificios, agravada por un elocuente silencio de las Administraciones, se suman otros que tampoco seguirán abiertos a los viajeros, aunque sí a las mercancías. Así sucede con 12 estaciones de la línea Santiago-Lalín-Ourense. Fomento ya ha decidido que mantendrá operativo el trazado actual para tráfico de mercancías, aunque por esa línea también podrían circular trenes regionales. Como en otros trazados, el principal obstáculo para esas estaciones es su mala ubicación, retiradas de los núcleos que deberían atender, lo que hace que la mayoría lleven años comercialmente muertas.

La misma tesitura se da en la puerta de entrada del tren en Galicia por el sur (Ourense-Zamora-Medina del Campo), donde todo apunta a que quedarán definitivamente inhabilitadas 10 estaciones y apeaderos que, por lo general, están lejos de los centros urbanos de concellos con graves problemas de despoblamiento. En esa línea, solo está prevista la continuidad del servicio a viajeros en A Gudiña, a 30 kilómetros del principal núcleo del sur de Ourense, Verín.

Nuevas instalaciones.

La mayoría de estas estaciones multiplicarán la treintena de edificios ferroviarios de la red convencional que llevan años clausurados y convertidos en focos de actos vandálicos. Aunque algunas serán reemplazadas por otras de nueva construcción. En el área de Vigo, desaparecerán 5 estaciones entre Chapela y Arcade, pero se crean dos: en Redondela y Arcade. También en el eje atlántico, entre Vilagarcía y Santiago, la infraestructura de la alta velocidad se llevará por delante parte del trazado hasta A Escravitude y las cinco estaciones que quedan en servicio. Pero el ADIF habilitará una nueva en la zona de Padrón, con el propósito de cubrir también la demanda de Catoira, Cesures y O Barbanza. Lo mismo sucede en Ordes, con una nueva instalación situada a 5 kilómetros del centro, y en Cerceda-Meirama, con la apertura de una estación que también pagará el peaje de su distancia a los núcleos de población. En algunos casos, la pérdida del servicio ha sido contestada en movilizaciones de vecinos y concellos. Sucedió en Cerceda y en Caldas de Reis, a raíz de la desaparición de la estación de Portas.

Fuente: La Voz de Galicia (www.lavozdegalicia.es)