La falta de capital del Govern amenaza con congelar las obras del tren de Manacor a Artà justo después de las elecciones. Al parecer, la acuciante situación económica de las empresas constructoras es ya insostenible; la reducción de personal en varios tramos desde hace meses es ya un hecho y actualmente se avecina un parón definitivo que se pretende postergar hasta después de la cita electoral al tiempo que se enmascara manteniendo los servicios mínimos.
Todas las constructoras implicadas en la actuación atraviesan momentos complicados debido a los impagos. Las obras se dividen en tres tramos asignados a su vez a tres UTE. El tramo Manacor-Son Carrió, a cargo de la UTE Melchor-Mascaró-FCC por 25 millones de euros; el tramo entre Son Carrió y Son Servera, adjudicado a la UTE Ferrovial-Agromsa-Llull Sastre por 23 millones y el tramo de Son Servera a Artà, a cargo de Dragados-Tecsa-Coexa y con un presupuesto de 24 millones de euros.
Algunas de las empresas, con el agua al cuello desde hace semanas, habrían detenido ya las obras pero se han encontrado con la oposición de una Conselleria de Movilidad y Medio Ambiente que ha hecho todo lo posible por pasarle el muerto a los gestores que desembarquen en el Ejecutivo autonómico tras el 22-M. Los desencuentros con la Administración han sido constantes en los últimos meses, pero se ha alcanzado un compromiso para mantener las apariencias al menos hasta el lunes, fecha en la que se prevé que las actuaciones se queden con lo puesto. Las obras no pueden detenerse por completo para no incurrir en incumplimiento de contrato, por lo que se mantendrá un retén que sirva de coartada a la paralización.
En el caso de Coexa, la empresa ha estado negociando un Expediente de Regulación de Empleo con los trabajadores en las últimas semanas sin llegar a ningún acuerdo concreto. Según el sindicato mayoritario en el comité de ehttp://www.blogger.com/img/blank.gifmpresa, Comisiones Obreras (CCOO), la empresa llegó a presentar un ERE que le fue denegado por la Dirección General de Trabajo.
El origen de la caída del proyecto como un castillo de naipes son los problemas con el dinero procedente del Gobierno central. El año pasado se comprometió a entregar a Baleares 443 millones de euros para las obras de trenes. Todo se quedaron en promesas. Actualmente la partida no alcanza los 300 millones de euros por lo que el Govern no ha tenido otra salida que parar las obras ferroviarias como la del tren a Artà. De todas formas la Conselleria de Medio Ambiente y Movilidad no tenía todos los deberes hechos. Todavía falta por sacar a concurso otros 30 millones de euros de la parte del trazado que no se ha construido.
Fuente: El Mundo (www.elmundo.es)