miércoles, 22 de octubre de 2014
NOTICIAS - Las salidas de emergencia del AVE superan la distancia máxima legal
El AVE lleva casi dos años circulando por las entrañas del centro de Barcelona a través de un túnel de 5,7 kilómetros, entre Sants y La Sagrera, cuyas salidas de emergencia se encuentran en tres de sus tramos a mayor distancia entre sí que la máxima establecida por la normativa europea que regula las medidas de seguridad en las líneas internacionales de alta velocidad. El proyecto de la obra preveía nueve puntos de escape a la superficie repartidos por el trazado de Provença, Diagonal y Mallorca. Se realizaron seis y en la primavera del 2012 se hicieron trabajos previos para poder ejecutar, sucesivamente y hasta finales de ese mismo año, los tres restantes. Pero la perforación de los pozos no se inició y el 9 de enero del 2013 los trenes empezaron a circular hacia Girona y Figueres, y el 15 de diciembre también lo hicieron hacia Francia. Y así hasta hoy.
Las salidas de emergencia del AVE superan la distancia máxima legal
El gestor estatal de infraestructuras Adif ubicó estas salidas, consideradas «suplementarias», en los cruces de Provença y Urgell, Mallorca y Nàpols, y en Mallorca e Independència. Lo hizo, según informó en un principio antes de que decayeran los proyectos, después de consensuar su construcción con el Ayuntamiento de Barcelona, Protección Civil y los bomberos de la capital. Estos emplazamientos se corresponden, precisamente, con los sectores más largos entre las seis aperturas ya realizadas, aquellos que exceden de 200 a 350 metros los 1.000 que fija como límite la directiva de la Unión Europea (UE).
Entre las salidas de emergencia de Entença y Enric Granados, en la ruta de Provença, hay ahora 1.340 metros, un 34% por encima del límite. Con la no ejecutada de Urgell, la distancia bajaría a 670 metros. Entre las de Bruc y Padilla, en Mallorca, la separación es de 1.350 metros. Con el pozo de Nàpols quedaría en 680 y 670, respectivamente. Por último, de Padilla a Trinxant el recorrido es hoy de 1.200 metros. Si se excavara el escape de Independència las cifras resultantes bajarían a 540 y 660 metros.
La línea de alta velocidad que cruza al fin Catalunya y el área de Barcelona, tras tantos años de retrasos e incidencias en su proyección y construcción, ha dejado un reguero de obras inacabadas, inexplicables e inexplicadas. Cabría pensar que se debe a los recortes iniciados ya por el PSOE tras estallar la crisis y que, a continuación, multiplicó el PP. Pero la teoría no se sostiene pues año a año, y el electoral 2015 de forma muy especial, se incluyen miles de millones en los Presupuestos para seguir extendiendo la red.
El próximo ejercicio, el AVE llegará a nueve capitales de provincia españolas tras acabar 1.000 kilómetros de nuevos tramos: Zamora, Palencia, León, Burgos, Murcia, Cádiz, Badajoz, Asturias y La Coruña. Aquí se gastarán en el 2015 un total de 3.500 millones a los que hay que sumar otros 1.500 invertidos ya en el 2014 en las mismas obras. Y como no hay vías sin trenes, se prepara además la compra de 40 unidades de AVE con otra inversión multimillonaria no detallada aún.
La masiva e inaudita inundación del túnel de Girona, ciudad con varios proyectos vinculados a la línea sin acabar, que cortó hace poco durante seis días la ruta a Francia, ha propiciado balances de obras pendientes o desestimadas.
Mínimos
La decisión de la Comisión Europea del 20 de diciembre del 2007 es clara cuando indica que «deberá haber este tipo de salidas (a la superficie laterales y/o verticales) como mínimo cada 1.000 metros». Además, la norma publicada en el Diario Oficial de la UE insiste en que «prescribe solo requisitos mínimos» y que «no constituye por sí sola una garantía en cuanto a la seguridad de la puesta en servicio y la explotación». La directiva «invita» a los estados a comprobar «si las circunstancias locales requieren además otras medidas».
A cumplir este kilómetro máximo de separación apeló hace unos días Adif para justificar la supresión de dos salidas de emergencia previstas en el proyecto del túnel de Girona, justo en el tramo donde se estancó más agua, hasta siete metros de altura. El gestor insistió en que en esa larga galería de 7,2 kilómetros hay ocho salidas que cumplen la norma. La reacción se produjo a raíz de las críticas y temores municipales y ciudadanos desatados por los 1,8 kilómetros de túnel anegados con 40 millones de litros. Afortunadamente, añadió el ayuntamiento, no quedó ningún tren dentro y no hubo que evacuar a nadie, a pesar de que la irrupción del agua fue muy rápida.
Fuente: El Periódico