Fotografías del depósito de locomotoras de la estación de Tarazona, en la línea Tarazona-Tudela.
Esta peculiar construcción presenta tres grandes naves ligeramente radiales separadas por pilares de hormigón armado que sostienen una esbelta estructura de cubierta formada por una doble marquesina nervada unida y rematada por una pérgola o lucernario lineal, también de hormigón, que permite la iluminación y ventilación de este espacio, algo fundamental en un lugar en el que se depositaban varias locomotoras con motor diesel.
Del mismo modo, aparecen dos pequeñas naves laterales flanqueando al grupo central, de las que la septentrional parece haber sido reformada y tabicada interiormente para dar lugar a diversos espacios, que debieron tener una función relacionada con las actividades de mantenimiento que aquí se llevaban a cabo (talleres, almacenes de herramientas, etc.).
Esta fábrica presenta cerramientos de ladrillo enfoscado con mortero en sus frentes laterales y trasero, que aparecen jalonados por pilastras de ladrillo cara vista, material utilizado también en el remate escalonado de la fachada posterior, dando lugar a una bicromía que por un lado contrasta con la austeridad del resto de la construcción y por otro la pone en relación con el edificio de pasajeros antes citado. Estos cerramientos se abren por medio de grandes vanos termales, en forma de media luna y con división interior tripartita, tres en la fachada trasera y uno en cada una de las laterales, más algún otro de apertura claramente posterior.
El espacio interior resultante es de una gran armonía y belleza, por sus equilibradas proporciones y por la originalidad de su solución estructural, limpia y elegante. Según el informe remitido por el Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón, este espacio tendría unos 930 m2 de planta.
Este edificio cumplía la función de hangar o almacén de máquinas, vagones y todo tipo de material ferroviario, donde además de estar más protegidas que a la intemperie, podían ser reparadas si era necesario gracias a la presencia de un foso central para tal cometido.
Junto al frente meridional de la nave, el único abierto, se dispone un foso circular de unos 25 m. de diámetro, construido también en hormigón, sobre el que discurrían una serie de raíles giratorios que permitían el giro de las máquinas, tanto para introducirlas y sacarlas de la nave antes descrita como para cambiar su sentido de circulación y volver a colocar la locomotora a la cabeza del tren. Este foso estaba unido con las vías principales a través de una vía de servicio, hoy ambas desaparecidas.
Fotografías: Unos cuantos trenes. Septiembre de 2015
Fuente: Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragones