Si alguna vez has estado en una estación de tren en Suiza habrás podido comprobar una curiosidad, que resulta aún más intrigante si tenemos en cuenta la histórica precisión relojera alpina.
El hecho en cuestion es que, el icónico reloj Mondaire que está presente en todas las estaciones, sufre un curioso ‘tic’ cada vez que el segundero recorre la esfera completa. Por un instante, el segundero se para antes de comenzar de nuevo a contar los 60 segundo de cada minuto. Este aparentemente inexplicable error realmente es debido al peculiar sistema de sincronización horaria de los ferrocarriles suizos, que cada minuto envian una señal eléctrica a todos los relojes de todas las estaciones para ajustar las desviaciones precisamente en el segundo 0.
Así pues, cada reloj tarda algo menos de un minuto en recorrer la esfera al completo. Entonces pone la aguja del segundero a cero, a la espera de la señal eléctrica de sincronización que inicia el nuevo minuto. Este singular sistema fue desarrollado por Hans Hilfiker en 1944
Así es como parece que el reloj se para un segundo, pero lo cierto es que ese segundo ni se pierde ni se gana. Los minutos siguen teniendo 60 segundos solo que perfectamente sincronizados en todas las estaciones. Cabe destacar que como curiosidad, los trenes abandonan las estaciones cuando se cumple el minuto completo exacto, ni un segundo antes ni uno después. O eso aseguran.
Fuente: 20 minutos