lunes, 2 de octubre de 2017
NOTICIAS --- La nueva fachada marítima deberá esperar al tren a punta Langosteira
La esperada transformación de los muelles del puerto interior en un espacio público abierto a todos los ciudadanos no podrá completarse hasta que esté operativa la línea férrea de punta Langosteira, para la que todavía no hay financiación y que no estará construida, según los escenarios más optimistas, hasta finales del 2020.
El motivo es que parte de las mercancías que todavía se descargan en el puerto interior solo pueden ser transportadas mediante el ferrocarril, de forma que si esa infraestructura no está completa tendrán que seguir desembarcando en los muelles interiores. Se trata del bioetanol, que se mueve exclusivamente por tren, cerca de un millón de toneladas anuales de carbón, y parte de los cereales que en la actualidad se descargan en las dársenas coruñesas. Esa circunstancia impedirá que se complete la cadena de traslados de operadores al puerto exterior que la Autoridad Portuaria ha planeado con el fin de liberar terrenos en los atracaderos de la ciudad.
El punto clave es el muelle de San Diego. Está previsto que sea uno de los primeros en quedar libre de actividad portuaria y, por su tamaño y extensión, es fundamental para el diseño de esa nueva fachada marítima de la ciudad que aún está por concretar.
La liberación de San Diego requerirá, en primer lugar, el traslado de las instalaciones petroleras que lo conectan con la refinería de Repsol, que ya ha comenzado a trabajar en su mudanza a punta Langosteira. Pero incluso cuando esos trabajos estén listos, San Diego seguirá albergando descargas de parte de los materiales que deben moverse por tren, al menos hasta que la dársena exterior cuente con una conexión por vía férrea.
Eso interrumpirá la cadena de traslados que, tras la mudanza de la refinería y las mercancías que requieren tren al puerto exterior, está previsto que continúe con la de las restantes actividades de San Diego al muelle del Centenario. La Autoridad Portuaria prevé que ese amarradero sea el último en abrirse al público, aunque la carga y descarga se limitará a «mercancías limpias», sin riesgo para los ciudadanos.
Esa decisión se tomó teniendo en cuenta la ubicación de ese muelle, más alejado de las zonas ya urbanizadas, y de que alberga instalaciones como la Medusa.
Pero esos planes seguirán en el aire mientras no se construya la línea férrea a Langosteira. Se trata de un tramo de solo 6,5 kilómetros de vía, pero la obra será muy compleja, ya que discurre en su mayor parte bajo tierra. Por lo tanto su coste ascenderá a 100 millones de euros según Fomento (o 132 millones según el Tribunal de Cuentas), y serán necesarios al menos dos años de obras.
El trazado definitivo y las características de la vía se conocerán pronto, ya que la Autoridad Portuaria está a punto de terminar el proyecto, pero la financiación sigue en el aire dada la deuda que acumula el Puerto tras construir en solitario punta Langosteira.
La financiación sigue sin aclararse antes de la visita del presidente de Puertos del Estado
Está previsto que la construcción del tren a punta Langosteira cueste más de cien millones de euros, y todavía es un misterio cómo se van a pagar. Lo que parece seguro es cómo no se van a obtener esos fondos. El mecanismo utilizado en el puerto exterior de Ferrol, que esta semana vio el arranque de las obras de su vía férrea diez años después de entrar en funcionamiento, está casi descartado. Allí se recurrió a un préstamo, pero la Autoridad Portuaria de A Coruña, que afronta una deuda de más de 300 millones de euros tras construir Langosteira, no puede permitirse pedir uno.
Así lo han señalado tanto el alcalde, Xulio Ferreiro, como el presidente del Puerto, Enrique Losada. Ambos se verán con el presidente de Puertos del Estado, José Llorca, el día 24. En esa reunión se abordarán cuestiones como la subasta de La Solana o el Finisterre, o el futuro de los muelles interiores. Pero ese futuro seguirá en el aire mientras no se complete el tren al puerto exterior, cuya financiación es otro de los asuntos que probablemente se tratarán en el encuentro.
Las posibilidades para hacer esa obra son varias, desde una quita de la deuda del Puerto, hasta la financiación directa por el Ministerio de Fomento. Su actual titular, Íñigo de la Serna, admitió en la inauguración de las obras de Ferrol que hace falta llegar a un «acuerdo» que permita el desarrollo del ferrocarril a Langosteira, pero no concretó qué fórmula podría utilizarse. La pelota esta ahora en el tejado de Puertos del Estado.
Fuente: La Voz de Galicia