jueves, 26 de octubre de 2017

NOTICIAS --- Los últimos del metro: solo 7 comercios sobreviven con miedo al cierre final en 2018


Son los últimos del suburbano madrileño. A finales de los años noventa, la red de Metro de Madrid tenía 125 locales comerciales que empleaban a unos 600 trabajadores, cifra que bajo a 72 en el año 2007 y que ahora se ha reducido a 13, aunque actualmente solo siete están abiertos. Su futuro es incierto. El convenio que Metro firmó en 2008 con la asociación de comerciantes finaliza en diciembre de 2018, y los pequeños empresarios que regentan estos negocios se temen que la Comunidad de Madrid no quiere prorrogar este acuerdo y licitar en cambio una concesión para que gane una sola empresa que gestione todos los espacios comerciales, como ya sucede con la concesión que ganó la firma JCDecaux para los espacios publicitarios.

Los servicios jurídicos de Metro están estudiando si se puede prorrogar el convenio o si se saca, por contra, una nueva licitación. El único objetivo del Gobierno regional, del que depende el suburbano, es que Metro siga contando con actividad comercial que genere unos ingresos para las arcas públicas. El alquiler de los locales que siguen abiertos inyectó el año pasado 193.000 euros paras las cuentas de Metro. "Nuestra intención, en principio, es poder renovar el convenio. La asociación de comerciantes es ya un buen interlocutor. No nos gustaría sacar un macroconcurso", señalan fuentes del Ejecutivo.

Actualmente, hay cinco locales comerciales abiertos en la estación de Aluche, otro en Ciudad Universitaria y otro en Legazpi, que albergan negocios de hostelería, bisutería, ropa y fotocopias. Otros seis están en obras: dos en Ópera, dos en Plaza de Castilla, y dos en Legazpi y Sol. Es decir, 13 negocios que dan empleo a 49 personas, según datos de la Asociación de Comerciantes. En esta listado no están incluidos los locales que sí hay en los intercambiadores de Moncloa y Avenida de América, que pertenecen al Consorcio Regional de Transportes. Marcelo García, presidente de esta asociación y que regenta una tienda de golosinas, refrescos y frutos secos, asegura: "A Metro le interesa que nos vayamos. Elaboró en 2016 una orden, que desarrolla un decreto de 2015, para regular las condiciones técnicas y de seguridad que deben cumplir nuestras instalaciones. Una orden muy restrictiva y, por lo que estamos viendo, muy costosa económicamente".

El decreto al que se refiere García es el que aprobó en abril de 2015 "el reglamento de usos asociados autorizados en la infraestructura ferroviaria de Metro", que prevía aumentar el espacio reservado a zonas comerciales hasta los 125.000 metros cuadrados repartidos en 25 estaciones. No lo hizo. El goteo de cierres, que ya venía de años anteriores motivado por la crisis, siguió constante. "Había locales que por 12 metros cuadrados llegaron a pagar 5.000 euros mensuales de alquiler. Inasumible", explica García. En 2011, por ejemplo, los locales (los que seguían y muchos de los que habían cerrado) acumulaban una deuda con Metro de 400.000 euros, que hubo que renegociar.

En marzo de 2016, llegó además la orden que regulaba los requisitos para seguir teniendo un negocio. Requisitos para mejorar la seguridad de los locales, sobre todo en cuestiones de evacuación y medidas antiincendio, y que incluyen también mejoras en los cristales, en los cierres e incluso en los suelos, que deben tener material antideslizante. La orden estipula hasta las condiciones de los cuartos de basura. Algunos tuvieron que cerrar porque con estos nuevos requisitos no eran viables. Metro los intentó reubicar o les pagó indemnizaciones que oscilaban entre 40.000 y 150.000 euros. Pero los que siguen abiertos tienen que hacer obras para adaptarse. Renovarse o morir.

Todos los trabajos los está financiando Metro. A un coste muy alto. Los seis locales que han tenido que cerrar temporalmente reciben una compensación de 1,5 puntos sobre el alquiler que pagan. Es decir, si abonaban una mensualidad de 1.000 euros, ahora reciben 1.500 euros de Metro cada mes que están cerrados. En cuanto a las obras, en un par de semanas empezarán los trabajos en tres locales situados en Sol, Plaza de Castilla y Legapzi. Una reforma que alcanza los 450.000 euros. La reforma de los otros tres superará los 600.000 euros. Los locales de Aluche han salido mucho más baratos, ya que están en superficie.

"¿450.000 euros por reformar tres locales? Y más de 600.000 euros por los otros tres. Pero qué locura es esta. Es una barbaridad. Con ese dineral se pueden comprar muchos locales", explica Marcelo García, que asegura que si Metro en realidad quisiera apoyar a los pequeños comerciantes, "tendría que tener más voluntad en poner en el mercado locales que llevan cerrados muchos años. La crisis obligó a cerrar muchos, pero ahora hay emprendedores que están interesados en alquilarlos". El PSOE, que ha llevado el tema a la Asamblea de Madrid, cree que "Metro está haciendo todo lo posible para que los empresarios y autónomos abandonen los locales, facilidades pocas y problemas muchos". El diputado socialista Daniel Viondi reclama "que se active un plan urgentemente para fomentar y mejorar estos locales. Metro no puede pretender que el suburbano se convierta en un mercadillo con expositores por todos los lados sin control".

Metro quiere ampliar los metros cuadrados comerciales de su red, por donde pasan 2,2 millones de clientes potenciales todos los días. Lo que requiere hacer obras para adaptarlos a la normativa. "Por ejemplo, en Chamartín hay un espacio importante, en Planetario hay un local de 400 metros, estamos viendo en toda la red donde hay locales que cumplan con los requisitos técnicos y donde haya que invertir poco", explican desde Metro. Uno de los objetivos es que los nuevos inquilinos hagan las reformas pertinentes para que al suburbano no le cueste dinero.

Otro de los obstáculos a salvar es que estos locales se han movido durante muchos años en una especie de vacío legal. La mayoría ha estado durante lustros sin licencia porque no hay una normativa específica para estos negocios. A los que están bajo rasante (como mucho, pueden estar a una cota inferior a seis metros bajo tierra) no se les aplica el código técnico de edificación. Por eso se hizo el decreto que regula los requisitos técnicos para que el Ayuntamiento de Madrid les pudiera dar una licencia comercial. "Estamos trabajando con el ayuntamiento para un convenio sobre el tema de las licencias", explican desde Metro.

"Yo llevo abierto 25 años y obtuve las licencias de actividad y funcionamiento en 2016. Y eso que estoy sobre rasante", explica García, que cree que los locales de Metro sí tienen futuro si se hace un nuevo convenio con sentido común y condiciones razonables. "Yo llegué a tener seis trabajadores, ahora tengo tres. Pero hay mercado, y estos comercios podrán subsistir si se hacen bien las cosas. Otra cosa es que el objetivo sea echarnos a todos para darle la concesión a una gran empresa que los gestione", concluye Marcelo García.

La actividad comercial "no solo debe tener cuatro paredes", señalan desde Metro, que no solo busca revitalizar los locales clásicos, sino promocionar otro tipo de espacios. La empresa JCDecaux gestiona desde el año 2013 el contrato para la explotación de la concesión publicitaria del suburbano madrileño, una licitación por ocho años, y comercializa también los nuevos 'stands' que están proliferando desde hace tiempo en los vestíbulos del metro, como comercios de café, bollos o carcasas de móviles. La asociación de comerciantes asegura que son ilegales, y "no cuentan con las mínimas condiciones sanitarias e higiénicas". Metro ingresó en 2016 por ellos unos 550.000 euros.

Fuente: El Confidencial