miércoles, 11 de diciembre de 2019
NOTICIAS --- El enésimo intento de tren supersónico es español y también lo paga Juan Roig
En 2013 Elon Musk convocó uno de esos saraos que suele acostumbrar para presentar una de sus ocurrencias en sociedad, una de esas ideas a caballo entre la locura y la revolución tecnológica con una buena dosis de 'hype'. Se trataba de 'Hyperloop', la marca con el fundador de Tesla daba una nueva vida y una capa de chapa y pintura a un oxidado concepto de hace de dos siglos: el de viajar en cápsulas a través de túneles al vacío. Una especie de tren supersónico que nació como un proyecto 'open source', de código abierto.
El magnate no se reservó la patria potestad del proyecto, invitó a quien quisiese a unirse e incluso convocó un concurso de talento por todo el mundo para enriquecer la idea. Juan Vicén, Daniel Orient y David Pistoni, tres jóvenes ingenieros de Valencia, se presentaron a ese 'talent show'. Ese fue el germen de Zeleros, una prometedora 'start up' valenciana de tres años de edad que compite con un puñado de empresas de todo el mundo por hacer realidad este nuevo medio de transporte.
Un momento clave
Zeleros afronta una fase clave. Está ultimando una ronda de financiación, "completada en más de tres cuartas partes", de cinco millones de euros. No es la hormona del crecimiento pero les servirá, entre otras cosas, para poner a punto su primera pista de pruebas en Sagunto que esperan tener lista para 2020 y que servirá para testar un primer prototipo de su vehículo. Un bote económico que ha aprovechado Juan Roig, fundador de Mercadona, para aumentar su participación en la compañía a través de su brazo inversor Angels, que sostiene también Lanzadera, su aceleradora de empresas. Desde Zeleros recuerdan que el de Angels es una participación "minoritaria" y destacan sus otros apoyos y explican que el apoyo de Roig se extiende más allá de lo meramente económico, por ejemplo, al incluirles en su programa de aceleración.
La noticia, adelantada por El Economista y confirmada a Teknautas por el entorno de la firma, desvela uno de los nombres que participan en dicha ronda, que aún se mantiene en la más estricta confidencialidad hasta que se de por terminado este proceso. Zeleros ya estaba participada, entre otros, por Altran, la ingeniería tecnológica más grande de Europa; y en menor medida, apoyada por Renfe, que aportó 50.000 euros al entrar en su aceleradora TrenLab. Hay otras empresas como Siemens que están colaborando pero no con capital sino con aportaciones técnicas.
"Altran, Roig a través de Angels y Lanzadera y el fondo Plug and Play han sido los que han estado casi desde el principio del proyecto", comenta Juan Vicén, que explica que la empresa se encuentra ultimando el prototipo que correrá en la pista de pruebas de Sagunto que estará lista en 2020, para iniciar un viaje de siete años para llegar al punto de transportar pasajeros. "Hemos pasado de cinco trabajadores a 16 y tenemos varias vacantes disponibles.
Además tenemos el apoyo externo de un equipo de una veintena de personas por parte de Altran", añade este confundador de la compañía. "La ronda de inversión responde a la necesidad de prototipado, la construcción de nuestra nave para experimentación así como el registro y las patentes de nuestras tecnologías y la retención de talento", remata.
Zeleros es una de las seis compañías que están en esta carrera, que se antoja más un maratón que una competición de 10 kilómetros. Los valencianos se fijan 2027 como la fecha más temprana para la entrada en servicio de Hyperloop de los viajes para pasajeros y tres años antes para operar con mercancías. Para ello se la juegan con dos empresas estadounidenses, HTT y Virgin, así como con el propio Musk que se apoya en su sagrada trinidad (Tesla, Space X y The Boring Company). A este lado del Atlántico, están HyperPoland y la firma danesa Hardt.
La canadiense Transpod es la última entidad privada en liza. Y es que también hay dos países, China y Corea del Sur, que están desarrollando con programas estatales está tecnología. "Los canadienses y los europeos hemos llegado a un acuerdo para validar nuestros desarrollos y converger hacia un estándar", explican desde Zeleros, que indican que su proyecto podrá alcanzar, una vez en estado comercial, los 1.100 km por hora y transportar a 50 personas en cada pod. Las particularidades de su sistema es que el vehículo o la cápsula tenga toda la maquinaria integrada. En otros casos tienen que repartir sistemas magnéticos por todo el tubo lo que encarece exponencialmente la infraestructura. "Nuestro objetivo es equiparar los costes a los de la alta velocidad ferroviaria".
Vicén sostiene que el sistema Hyperloop tiene ventaja competitiva en trayectos entre 500 y 1500 kilómetros. "Ahí los aviones son menos eficientes. Tienen que elevarse a una gran altura y descender en relativo poco tiempo. Aquí podemos conservar la velocidad de los aviones, reducir las emisiones y ser más eficaces que los trenes". Las ventajas, según este ingeniero, no se limitan a la velocidad comercial. También desde el punto de vista de las infraestructuras, con menores costes en aspectos como la tunelación y los espacios. "Cuando haya que construir una línea, no habrá que expropiar la mayoría del terreno que es lo que pasa con el AVE. Esto será más como desplegar la red eléctrica, con cesiones puntuales, por ejemplo, para los pilones que sostengan los tubos presurizados".
¿El experimento más veloz?
El primer examen, como se menciona más arriba, será en 2020 y en la localidad de Sagunto. Allí construyen un túnel recto de 2 kilómetros. "Estamos hablando de una primera prueba a un tercio de escala". El diámetro del tubo en lugar de los 4,5 metros que debería ser a tamaño real, es tan solo de 1,5 metros. "Nos permite testar a un precio razonable tanto la levitación como la propulsión del sistema, demostrando que se puede hacer de forma autónoma.Es uno de los principales hitos para nuestra tecnología", explica Vicen. "Nosotros queremos ser el Airbus de los Hyperloop. Especializarnos en los vehículos". Por ello imaginan que, a la hora de construir una línea, que ellos conformen parte de un consorcio con empresas que toquen diferentes palos, como ocurre con el sector ferroviario.
La velocidad es un punto esencial en este test. Esperan alcanzar 500 kilómetros por hora. "Será lo máximo alcanzado por un prototipo de Hyperloop. Hasta ahora lo máximo han sido 350 kilómetros en el túnel de 500 metros que hay en Nevada". El siguiente paso, explican, sería construir un tramo de 15 o 20 kilómetros a tamaño real para pruebas de un modelo al tamaño real. Asegura Vicen que esto no es solo cuestión de países como los Emiratos Árabes o La India, sino también en lugares como España, donde ya han validado posibles trazados, que prefieren mantener de momento en secreto.
El gatillazo de Virgin en Málaga
No es la primera vez que se habla de plantar una línea de Hyperloop en la geografía patria. Málaga fue protagonista de un pequeño culebrón. Virgin entró en contacto con el Ministerio de Fomento cuando lo dirigía Iñigo de la Serna y se habló de traer el proyecto al Centro de Tecnologías Ferroviarias sito en las inmediaciones de aquella ciudad. A pesar del cambio de Ejecutivo propiciado por la moción de censura de Pedro Sánchez, el convenio de colaboración fue rubricado por José Luis Ábalos Meco en verano de 2018. Sin embargo, la compañía estadounidense no realizó las gestiones para las ayudas y todo se vio envuelto en un extraño cruce de acusaciones que lo único que sirvió es para certificar la defunción de esta aventura y un jarro de agua fría sobre las expectativas sobre esta tecnología.
"Yo no creo que haya habido unas esperanzas infladas o una sobreestimación de las posibilidades del Hyperloop, creo que había una expectación de desarrollos específicos que no han ocurrido", opina Manuel Romana, profesor titular de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y especialista en infraestructuras de transporte. "Creo que es un muy buen concepto, yo soy muy optimista al respecto pero la factibilidad real no está demostrada a la escala que las diferentes empresas quieren hacerla", remata sobre un sistema supersónico
Dudas por resolver
Romana enumera algunos de los problemas que tienen que resolver. "Este sistema necesita reducir el aire, crear un vacío parcial. ¿Qué hacemos en caso de accidente? ¿Cómo rescatamos? En un oleoducto tenemos una serie de escotillas. En el AVE tenemos túneles comunicados y andenes. Aquí no hay respuesta a eso todavía ni a otras cosas como las pruebas de regularidad", añade. Este experto cree que tecnologías como la de Zeleros será realidad entre el medio y el largo plazo. "Hay que tener en cuenta que las pruebas que se están haciendo no es con cápsulas reales. Si tu ves los vídeos de las cosas que se están haciendo por el mundo ocupan un 10% del tubo. Se están probando los motores", remata.
Este profesor sostiene que las ventajas de Hyperloop no son tanto la velocidad sino como la capacidad de "encoger el territorio, las distancias, en el mismo tiempo", así como la posibilidad de conectar lugares que no son rentables para la alta velocidad y hace referencia, por ejemplo, a los menores costes de tunelación. "Técnicamente es más sencillo el despliegue. Un ferrocarril está muy condicionado por las exigencias de tracción y frenado, que le impiden que pueda subir prácticamente pendientes", remata.
Primero, mercancías
Cree que, una vez demostrada su viabilidad con prototipos finales, todavía harán falta 3 o 5 años. "La levitación ya es un técnica dominada, pero no abaratada", responde cuando se le pregunta por la tecnología que sostiene. "Ya hay sistemas de levitación, pero la clave no es que sean tres, es que sea algo general". Está convencido que "por pura lógica" primero se verán servicios comerciales en mercancías y, cuando se tenga todas las garantías, en personas. La propia Zeleros asegura que podrá ofrecer cápsulas que puedan transportar contenedores de 12 metros de largo.
"Un accidente en una fase temprana con daños personales pues puede condenar al sistema a una suerte similar a la del Concorde". Romana insiste en la idea de que es muy optimista sobre el futuro de este medio de transporte, a pesar de las lagunas que aún quedan por resolver. "Cuando se demuestra que algo es válido y se demuestra que se puede pagar, explota muy rápido. Lo vimos con los móviles y lo vimos con los ferrocarriles en el siglo XIX".
Fuente: El Confidencial