lunes, 10 de febrero de 2020
NOTICIAS --- Feve estudia comprar trenes usados en Mallorca para reforzar su flota en Asturias
El 67% de los trenes de Feve en Asturias llevan más de 34 años de servicio. Entre ellos los hay con 54 años de circulación, algo que excede su vida útil y causa un problema de difícil solución: cuando se averían precisan repuestos que han dejado ya de fabricarse. La empresa (hoy integrada como división de Renfe) licitó el año pasado un pedido de nuevas unidades para renovar parte de su flota en todo el país. Espera cerrar esa compra en las próximas semanas, pero el proceso de fabricación no será inmediato. En la Consejería de Infraestructuras echaron las cuentas y calcularon que aquí podrían llegar una decena de convoyes, pero difícilmente antes de 2022. Muy tarde para un núcleo de cercanías que el verano pasado sufrió miles de cancelaciones porque en los trenes no funcionaba el aire acondicionado y los viajeros corrían riesgo de sofocarse.
Esa es la reflexión con la que el consejero Juan Cofiño acudió el pasado octubre a la reunión que tuvo con el Ministerio de Fomento, Renfe y Feve para perfilar un plan de choque para las cercanías asturianas. El asturiano propuso como medida paliatoria adquirir trenes de segunda mano, y todos se pusieron a buscar qué opciones había en el mercado.
Fuentes del sector indican que ese chequeo llevó a Feve hasta Mallorca, isla que en los años 90 afrontó un problema parecido. En 1994, el Gobierno balear asumió las competencias sobre los ferrocarriles de su territorio. Comprobó que los trenes que le dejaba en herencia la propia Feve pasaban las tres décadas de servicio, y que muchos habían recalado en la isla tras ser descartados en el País Vasco. Para reflotar el servicio, el Ejecutivo autonómico compró 52 automotores diesel al fabricante CAF.
Estas unidades constituyeron la serie 6100, son capaces de alcanzar los 100 kilómetros por hora y en composición simple ofrecen 96 plazas. Fueron jubilando a los viejos trenes de Feve según llegaban de fábrica, entre 1995 y 2003. Con ellos dio sus primeros pasos la empresa Servicios Ferroviarios de Mallorca (SFM) hasta que la electrificación progresiva de la red isleña los volvió a su vez obsoletos.
Destino inicial en Kenia
La compañía balear lleva tiempo tratando de vender la remesa. En 2012 tres unidades se traspasaron a una compañía portuguesa, y en 2015 la empresa pública francesa se hizo con otras seis, por 3,1 millones. Hace un año, la secretaria de Transportes del Gobierno de Kenia anunció que iba a comprar once más, por 13,6 millones de euros. Según sus cálculos, las unidades podrían funcionar otros 20 años y le permitirían el transporte de unos 132.000 usuarios al día.
Las fuentes consultadas en el sector indican que la operación africana marró o no agoró todas las unidades, lo que ha dado vía libre a la opción asturiana. Feve ya ha hecho consultas técnicas y jurídicas para comprobar la viabilidad de aprovechar esos trenes de segunda mano, los únicos que hoy por hoy hay disponibles en el mercado nacional.
A esa conclusión llegó la compañía tras revisar el material disponible en las otras nueve comunidades que disponen del ancho de vía propio de Feve, el métrico. Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana era la primera opción. Tiene 18 unidades que subasta por 9,4 millones, también de ancho métrico, el propio de Feve. El problema es que se fabricaron para funcionar en líneas de metro, por lo que tienen el suelo demasiado alto para los andenes asturianos y una reforma los tendría demasiado tiempo fuera de juego.
Renfe y la consejería se mantienen informados sobre la opción mallorquina. De cuajar, la compañía valora derivar todos los trenes de segunda mano a su base asturiana o aprovecharlos en Murcia, reasignando material de esta comunidad mediterránea al Principado.
Al margen de la cuestión económica, la compra de los automotores tiene complicaciones técnicas. Los requerimientos para poner en circulación unidades en líneas reconocidas dentro de la red de interés general del Estado son elevados y obligan a tener bien documentado cada componente entregado por el fabricante. Los trenes precisan además de repuestos y formación específica para maquinistas y conductores.
Fuente: El Comercio