El objetivo de su creación no fue otro que facilitar la subida a la cima del País Vasco francés en tan solo 35 minutos, puesto que, por aquel entonces, la única forma de hacerlo era a pie o a caballo. Aunque originalmente, el proyecto comenzará su construcción en 1908, debido a la I Guerra Mundial, su inauguración se retraso hasta 1924. Como dato curioso, cabe destacar que por estos parajes pasearon ilustres entidades como Napoleón III o el ex-primer ministro británico Winston Churchill.
En la actualidad, El tren de Larrún se conserva como atracción turística. Durante el trayecto de 35 minutos de duración, a una velocidad de 8 kilómetros por hora, conduce a los pasajeros a 905 metros de altitud en la cima mítica del País Vasco, desde donde podrán descubrir la flora y la fauna específica de la montaña vasca. Este macizo está poblado de Pottokas, unos robustos poneys de típicos vascos que viven en total libertad; ovejas de lana blanca y buitres salvajes.
Además, una vez en el pico de Larrún, se muestra una panorámica de los pueblos de Ainhoa, Sara, Zugarramurdi, Urdax, Bayona, Ascain, la playa de Las Landas, la bahía de San Juan de Luz, Irún, Hendaya y Pas de Roland.
Fuente: Diario de Navarra
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