Una decisión equivocada de un conductor de TUZSA acabó dejando fuera de servicio ayer durante casi una hora la última parada de la línea del tranvía, en Gran Vía. Un chófer de la línea 40 se topó con que la circulación estaba cortada en dirección a la plaza Paraíso, a la altura de la calle Royo, y decidió que la mejor forma de salir de este callejón sin salida era hacer un cambio de sentido cruzando el bulevar. Comenzó a hacer la maniobra pero se acabó quedando atascado cuando realizaba el giro cruzando las vías del tranvía, a la altura, además, de la vía de escape que permite al Urbos 3 iniciar la marcha en dirección a Valdespartera desde la parada de final de línea. Las ruedas se quedaron bloqueadas en la grava y el bus sin poder proseguir la marcha. Ni hacia adelante, ni hacia atrás. Se acababa de meter en un jardín del que tardó casi una hora en salir, dejando inutilizada la última parada del tranvía.
En ella se encontraba entonces una unidad del Urbos 3 preparada para salir con decenas de viajeros a bordo. Pasajeros que se quedaron sin opción de iniciar el trayecto hacia Valdespartera. Minutos más tarde, otro convoy se veía obligado a detener la marcha a pocos menos del autobús accidentado. Y, a su vez, decenas de coches que sí podían circular hasta la calle Royo, donde debían desviarse, se toparon con un atasco del que solo la Policía Local pudo sacarles.
Incidente.
El incidente se produjo minutos antes de las 17.00 horas, y casi de inmediato se activó el protocolo de contingencia que, aunque no llegó a bloquear por completo la línea del tranvía, sí se tuvo que acortar notablemente el recorrido por la afección en Gran Vía. Los convoyes solo podían llegar hasta la parada de Isabel la Católica, frente al hospital Miguel Servet y la Romareda, ya que no iban a poder hacer el cambio de sentido más adelante y, la única opción sería circular en contradirección.
Así, se fijó allí el final de línea y se trasladó en autobús a los pasajeros que querían proseguir el trayecto hasta Gran Vía. Aunque tampoco pudieron llegar allí, ya que este transporte alternativo solo les acercó hasta la parada de Fernando el Católico que hay en la confluencia con la avenida Goya, antes de entrar en Gran Vía.
Mientras, en el bulevar de Gran Vía el espectáculo estaba servido para las decenas de curiosos que se acercaron. Vecinos y viandantes observaban cómo un vehículo de asistencia técnica intentaba sacar al autobús, con tan mala fortuna que rompió el conducto del líquido anticongelante y este se esparció a chorros por la vía.
Finalmente, la Policía desvió el tráfico por Arzobispo Domenech para que el bus saliera. Mientras, la explicación que daba el conductor era que no se había percatado de que debía girar en Goya para ir hacia Sagasta, el desvío habitual, porque el fin de semana se abrió al paso Gran Vía por ayudar al comercio en las rebajas.
Fuente: El Periódico de Aragón (www.elperiodicodearagon.com)