lunes, 9 de diciembre de 2019

NOTICIAS --- EE. UU. descubre que los alemanes llevaron 154 toneladas de oro por Canfranc


El Departamento de Guerra de Estados Unidos investigó en 1946 el tráfico de oro nazi durante la Segunda Guerra Mundial con compañías de transporte suizas por la frontera aragonesa de Canfranc. Concluyeron que, de enero de 1942 a febrero de 1944, se llevaron alrededor de 154 toneladas hacia los bancos centrales de España y Portugal. Este preciado metal, con el que Adolf Hitler pagó el wolframio que le vendieron los dictadores Francisco Franco y Antonio de Oliveira Salazar para blindar sus tanques, aparece en los documentos que ha desclasificado el Gobierno norteamericano, a los que ha tenido acceso HERALDO. Esta cantidad es casi el doble de la que descubrió el conductor de autobús Jonathan Díaz en 2001 (86 toneladas, entre los años 1942 y 1943) en documentos oficiales de la frontera aragonesa hallados por el suelo en un almacén desvencijado de la estación de Canfranc.
 
La investigación del Departamento de Guerra se EE. UU., bajo el título ‘Envíos de oro alemán a través de Suiza hacia España y Portugal’, desvela que se trasladaron en 139 viajes que hicieron una veintena de compañías de transporte suizas (Lasser & Co, Transportkontor, Mettler, Welti-Fuerrer A. G., Natural Le Coultre, Last A. G. o Gondrand & Co., Hans Huber, Albert Sasse, Transport Weber... ) procedentes de Ginebra, Basilea, Zurich y otras ciudades suizas. Los viajes se realizaron entre enero de 1942 y febrero de 1944. En las aduanas de Francia que atravesaron, los camioneros informaron que el motivo de sus viajes era ‘Transporte de oro por cuenta del Banco Nacional Suizo’ y servían "para pagar a Estados Unidos por balanza comercial", aunque en realidad "era bien sabido que pertenecía al Banco de Alemania", según se lee en el informe. De las 154 toneladas de oro que trasladaron a través de la frontera de Canfranc, el informe indica que dos tercios de la cantidad (un centenar de toneladas) llegaron a Lisboa, al Banco de Portugal y al Banco Nacional de Portugal, mientras que las 54 restantes se consignaron en el Banco de España y en el Instituto Español de Moneda Extranjera (IEME), creado en 1939 para controlar la política monetaria y el comercio exterior tras la Guerra Civil y la crisis económica mundial.

Una cruz blanca y la bandera suiza

Los camioneros suizos estaban provistos de un salvoconducto del Gobierno francés de Vichy a través de un permiso del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán desde Berlín, detalla la investigación. En el frontal de los vehículos portaban banderas suizas, además llevaban pintada una cruz blanca en ambos lados así como en el techo de los camiones para evitar ser atacados. Suiza era un país neutral en la Segunda Guerra Mundial, como España y Portugal, pero estaba colaborando con los nazis. El viaje de los camiones empezaba en el Banco Nacional de Suiza, en Berna, donde les cargaban el oro bajo supervisión del responsable de la caja de la entidad bancaria. Pero los lingotes procedían de la estación ferroviaria de Ginebra, donde un jefe de la aduana controlaba el contenido de las cajas y acompañaba a los camioneros hasta la frontera suiza de Chancy.

La ruta pasaba por localidades de Francia como Pougny, Bellegarde, Lyon, Vlence, Montpellier, Narbona, Toulousse, Tarbes, Pau, Olorón y Urdós. Los norteamericanos apuntan que en Canfranc se instalaron las compañías de transporte suizas (estaban en los hoteles Ara y Marraco) para transportar el oro a Madrid o hasta Lisboa. Pero antes de llegar a la localidad fronteriza, detallan que las cajas con el oro eran transferidas a trenes de mercancías en Urdós para pasar el túnel internacional del Somport y descargarlo en la estación ferroviaria.

El informe concienzudo del Departamento de Guerra de EE. UU. señala que el dato de los 139 viajes de los camiones a través de Canfranc procede de una fuente solvente de aduaneros, pero quieren que permanezca secreta, sin facilitar su identidad, salvo que fuera necesario, para protegerlo. Cuando llegaban a la frontera española, tenían que exhibir a los aduaneros las cajas con los lingotes (llevaban cuatro, cada uno pesaba unos 15 kilos y tenía estampada un águila imperial procedente del Banco Central de Alemania o Reichsbank) y los sellaban si su destino era Portugal, pero no era necesario si iban a Madrid.

"Seis carabineros españoles (así llama al antiguo cuerpo de fronteras que se integró en la Guardia Civil en 1940) escoltaban los camiones. Cinco de ellos iban dentro del camión y un sargento acompañaba al conductor de copiloto. Tanto el sargento como el conductor firmaban un recibo de la recepción del oro en la aduana en Canfranc y se lo quedaba el chófer del camión". Así relata el informe lo que pasaba en la frontera aragonesa. Si lo dejaban en Madrid, acudían a la oficina principal en el Banco de España, pero si lo llevaban a Portugal, cuando cruzaban la frontera de Badajoz se revisaban las cajas con los lingotes en la aduana situada en Puebla, a ocho kilómetros de la capital extremeña. Allí eran transferidos a camiones portugueses.

El primer memorándum, firmado el 26 de febrero de 1946 por el oficial de enlace Jason Paige Jr. y remitido al responsable del Departamento del Tesoro Mr. Orvis A. Schmidt, determinó que el interés del traslado del oro por el Gobierno alemán era "evidente" porque los camioneros suizos llevaban un permiso del Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania para viajar. Además, detalló que un oficial de la Gestapo llegó a advertir a uno de los camioneros: "Si necesitas ayuda, en cualquier sitio de la carretera, llámame por teléfono a la estación de ferrocarril de Bellegarde (Francia)".

Aunque la comprobación que hicieron los militares del Departamento de Guerra en la aduana de Bellegarde era que pasaron 139 camiones con 154 toneladas de oro (340.000 libras), mencionan otra fuente que estimó que para llevar el metal precioso utilizaron 282 camiones que llevaban 40 cajas cada uno. Calculan que pudieron moverse hasta 635 toneladas (1.400.000 libras) aproximadamente, pero habrían utilizado otras rutas.

Los norteamericanos elaboraron tres memorandos, entre febrero y marzo de 1946, y concluyeron que los envíos del oro a España y Portugal fueron facilitados por Johannes Berhardt, el empresario nazi que fue artífice de la ayuda alemana en la Guerra Civil a la España de Franco. En la II Guerra Mundial dirigió el conglomerado de empresas Sofindus en España y señalan que "recibió envíos secretos de oro" de tres o cuatro toneladas para convertirlos en francos suizos. Agregan que su papel era presionar al Gobierno español para que no permitiera el déficit comercial del Gobierno alemán. Los norteamericanos le interrogaron varias veces, pero no lo detuvieron porque Franco lo protegió y le concedió la nacionalidad española. Fue un agente nazi escondido en España, se trasladó luego a Argentina y murió en Munich, en 1980.

Fuente: Heraldo de Aragón