martes, 29 de abril de 2014

NOTICIAS - Los expertos recomiendan la revisión urgente de toda la red ferroviaria.


Nueve días después del accidente de tren de Santiago en el que el pasado 24 de julio fallecieron 79 personas, el Ministerio de Fomento creó una comisión “científico-técnica” a la que pidió asesoramiento para modernizar el sistema ferroviario. Nueve meses más tarde, y tras recabar opiniones de medio centenar de expertos y una treintena de empresas, sindicatos e instituciones —entre ellas Adif y Renfe, gestoras públicas de vías y trenes—, el borrador de su informe está casi finalizado. Entre las 30 medidas que propone, figura la revisión “urgente” de la señalización, de las normas y de los sistemas de seguridad en todas las líneas.

La comisión no cita el accidente de Angrois, por el que fue creada, pero buena parte de sus 30 propuestas de seguridad, algunas ya en fase de implantación, están vinculadas a elementos clave en el siniestro. En él, el maquinista de un Alvia que circulaba por la línea de alta velocidad entre Ourense y Santiago se despistó tras recibir una llamada del interventor del tren y no frenó a tiempo antes de la curva de Angrois, sin que los sistemas de seguridad pudiesen paliar ese error humano.

Los expertos comienzan recomendando “revisar en profundidad de forma urgente los reglamentos” de cada sistema de seguridad “a la luz del conocimiento actual”. En el caso de Angrois, los dos peritajes provisionales que ya ha recibido el juez instructor del caso destacan la merma de la seguridad que supuso desconectar a bordo del tren, como permitía el reglamento, el sistema de control constante de la velocidad (ERTMS), ya que el control puntual convencional era incapaz de paliar un exceso de velocidad.

El informe también considera “urgente” y de “carácter prioritario” revisar “con un criterio claro y uniforme en todas las líneas” los documentos que informan a los maquinistas de las velocidades a respetar o los sistemas de seguridad que los amparan. En Angrois, los peritos han señalado “incoherencias” en esos documentos. 

La tercera cuestión “urgente” que pide la comisión es revisar “la señalización de las limitaciones de velocidad” de todas las líneas. En Angrois, los peritos y el juez destacan lo brusca que era la frenada requerida y echan en falta señales con balizas que actúen automáticamente sobre el tren que sirviesen de respaldo en caso de fallo del sistema ERMTS de control constante. Tras el accidente, Adif instaló esas señales de forma provisional en un centenar de puntos de toda España y estudia dónde dejarlas permanentemente.

Con carácter más general, los expertos piden que el nuevo Reglamento General de Circulación, que ya elabora Fomento, establezca “criterios básicos” para transiciones de velocidad y sistemas como los de Angrois “tanto en situaciones permanentes como en situaciones aleatorias debido a incidencias del sistema principal”. En esos casos piden que se tengan en cuenta “los condicionantes de respuesta del factor humano”. Elemento sobre el que reclaman que la Unión Europea no rebaje las horas de formación de los maquinistas y entrenen “en situaciones degradadas o incidencias”.

El informe de los expertos también pide “regular de forma estricta y vigilar la utilización de medios de comunicación” por parte de los maquinistas. De hecho, en marzo entró en vigor una circular de Renfe que restringe el uso de los móviles pero asume que los maquinistas deben contestarlos por si se trata de una emergencia. Los expertos piden que se estudie la integración de todos los sistemas de comunicación de la cabina en un único dispositivo, con manos libres y que grabe las conversaciones. Pero también piden “estudiar la posibilidad” de que los maquinistas dispongan de sus documentos de trabajo en formato electrónico “mediante tabletas”. En Angrois, el maquinista llevaba esos documentos, por decisión propia, tanto en papel como en una tableta personal que consideraba más cómoda.

El informe de los expertos también pide “detectar los puntos débiles de cada subsistema” de seguridad, “avanzar en el despliegue” de pantallas que muestren al maquinista “información en tiempo real sobre la ubicación precisa del tren, su velocidad y los límites establecidos”. Finalmente, piden que todas las instalaciones de una línea sean “completadas y probadas” antes de su apertura. En la línea Ourense-Santiago hubo fallos tanto antes como después de su inauguración así como al entrar en servicio los trenes Alvia, lo que obligó a Adif y Renfe a adoptar medidas provisionales.

Fuente: El País