jueves, 24 de agosto de 2017

CURIOSIDADES --- Roterdam; invasión en tranvía


El nombre de Rotterdam quedará siempre ligado al salvaje bombardeo de que fue objeto por parte de la aviación alemana el 14 de mayo de 1940. La parte antigua de esta ciudad holandesa quedó reducida a cenizas. Fue el triste capítulo final de la «guerra relámpago» lanzada por Hitler contra este país.

La parte principal del ataque a Holanda fue encargada a los paracaidistas, que debían tomar los puntos clave para facilitar la invasión, principalmente puentes y vías de comunicación. Durante estas operaciones se produjo un hecho anecdótico, que fue el contrapunto a la tragedia que acontecería después.

Uno de los grupos de paracaidistas, el que tenía al teniente Kerfin al mando, cayó en un punto alejado del objetivo, en las afueras de la ciudad. Para llegar al punto previsto para la acción debían atravesar todo el barrio de Feyenoord. Eran las seis y media de la madrugada y en ese momento la población civil no tenía conocimiento de que las tropas alemanas ya estaban cayendo sobre la ciudad.

Así pues, los cincuenta hombres de Kerfin se quedaron sorprendidos al comprobar cómo los escasos ciudadanos que en ese momento había en la calle los miraban con indiferencia. El motivo era que los paracaidistas no eran fácilmente reconocibles como soldados germanos, al utilizar un uniforme y un casco distintos al del resto del Ejército alemán, por lo que los confiados paseantes creían que se trataba de soldados holandeses.

Tras caminar unos minutos, Kerfin consideró que se encontraban todavía muy lejos del centro y ordenó tomar algún vehículo. En ese momento apareció un tranvía y, aprovechando que uno de los soldados hablaba holandés, convencieron al conductor para que les llevase a su destino.

El empleado, creyendo que eran compatriotas, no dudó ni un momento y les hizo subir, sin embargo cuando les oyó hablar entre ellos se percató de que en realidad eran alemanes. Pero ya era tarde para negarse a conducir el vehículo y fue amenazado para que cumpliese con su cometido. De esta manera, en un transporte tan inusual como un tranvía, fue como el grupo de Kerfin consiguió llegar al punto en el que debían combatir.

Fuente: "Hechos insólitos de la II Guerra Mundial". Jesús Hernández.