jueves, 11 de octubre de 2018

NOTICIAS --- La renovación de la línea de Teruel apenas recortará unos minutos el tiempo de viaje


La renovación de la línea ferroviaria entre Zaragoza, Teruel y Sagunto apenas permitirá recortar los tiempos de viaje a los trenes de pasajeros. Ingenieros y ferroviarios consultados subrayan que los regionales, en el mejor de los casos, podrán ganar unos diez minutos pese a la inversión de 335 millones de euros en la rehabilitación y mejora de la plataforma entre Teruel y Valencia y en su completa electrificación, desde Zaragoza hasta el Mediterráneo.

El trazado existente, con fuertes pendientes y curvas de radio reducido, imposibilitará correr a los trenes, por lo que estarán condenados a seguir viajando a una velocidad media de 75 kilómetros por hora, una de las más bajas del país entre las líneas ferroviarias que unen capitales.

Las actuaciones ya ejecutadas por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) han permitido suprimir la mayor parte de las limitaciones de velocidad temporales, algunas de las cuales llegaban a los 30 km/h, lo que unido a la eliminación de los amplísimos colchones horarios permitió reducir hasta 23 minutos los horarios de los trenes. «Realmente se ganaron 11 minutos, ya que el resto del tiempo corresponde al generoso ‘colchón’ horario que llegaron a tener los trenes», explica un ferroviario.

El margen de ganancia que queda es reducido, ya que el diseño del corredor entre Teruel y Sagunto se remonta a finales del siglo XIX y hace que, en el mejor de los casos, se pueda circular a 140 km/h. Y los trenes regionales solo pueden alcanzar esta velocidad en una recta de poco más de 2,5 kilómetros entre Rubielos de Mora y Albentosa.

En el resto de los 138 kilómetros comprendidos entre ambas ciudades la velocidad máxima oscila entre 70 km/h y 105 km/h. «Además, queda aún por suprimir una limitación temporal de 60 km/h por el estado de una trinchera a la salida de Masadas Blancas, a mitad del puerto del Ragudo», añaden las citadas fuentes ferroviarias.

El grueso de la inversión comprometida por Fomento se centra en la electrificación de todo el corredor, que implica el montaje de la catenaria y de las subestaciones eléctricas, cuyo importe asciende a 246 millones. Según el cronograma del ADIF, las obras saldrán a concurso a principios de 2019 y los primeros trenes eléctricos podrán circular en 2022. «Se ganará en fiabilidad, pero no en velocidad porque, además, no hay trenes regionales que superen los 160 km/h», puntualizan.

No obstante, habrá que ver si se cumplen los planes, dado que el ADIF preveía a principios de año sacar a concurso un paquete de obras de renovación entre Zaragoza y Teruel por 47,1 millones que sigue a la espera. Su conclusión estaba comprometida para la primavera de 2020, por lo que se demorará, al menos, un año el conjunto de actuaciones en la plataforma, pensadas para el tráfico de mercancías: sustitución de 106.000 traviesas y 40 kilómetros de raíles, mejoras en terraplenes y desmontes, así como la renovación de «obras de fábrica antiguas», entre otras intervenciones.

Modernización a medias

Donde no se han levantado aún las limitaciones de velocidad es en el tramo Zaragoza-Teruel, en el que el Gobierno invirtió 315 millones en su renovación con características de velocidad alta entre 2001 y 2008. Aunque se vendió que se había modernizado para que los trenes pudieran circular a 200 km/h, la realidad es que solo podrían hacerlo en estos momentos en 95 de los 177 kilómetros de la vía, los únicos que reúnen los parámetros de una línea de altas prestaciones.

Para colmo, el exministro Francisco Álvarez Cascos descartó acometer la reforma de la vía a su paso por los puertos de Paniza y Cuencabuena, que con su trazado sinuoso y en pendiente limita la velocidad a 70 y 80 km/h. Tampoco se actuó en los túneles y en la plataforma, que carecen del suficiente gálibo y anchura para instalar la catenaria y las torres de sujeción. «Los responsables se dieron cuenta en una inspección de la línea hace ya unos años», apuntó un ferroviario.

La actuación en los dos puertos ni siquiera está programada, aunque el ADIF anunció a principios de año que iba a estudiar una intervención, que calificó de «gran calado» y de la que no se ha vuelto a saber nada.

Fuente: Heraldo de Aragón