domingo, 8 de noviembre de 2015
NOTICIAS - El Ayuntamiento talará otros 47 árboles en el eje del tranvía y dice que hay 45 más en estado crítico
Los plátanos de Gran Vía tienen los días contados. El Ayuntamiento talará este invierno, al menos, 47 ejemplares, que se suman a los otros 14 árboles de la traza del tranvía que ya se eliminaron en verano. Además, otros 45 plátanos más están en estado crítico y, "en su momento y según evolucionen los trabajos de tala", se decidirá si son también víctimas de la motosierra.
En total son más de cien árboles los que perderá el bulevar de Gran Vía y Fernando el Católico "por seguridad". Las obras del tranvía resultaron muy lesivas para los chopos, plátanos y ailantos y, dado que presentan un gran riesgo de caída, el Ayuntamiento prefiere eliminarlos antes de que causen algún accidente. Eso sí, los primeros informes que advierten del peligro potencial del arbolado enfermo son de enero de 2014 y hasta el pasado verano no se decidió actuar.
Un reciente estudio encargado por el área de Medio Ambiente, esta vez centrado en diez ejemplares y efectuado mediante georradares, ha puesto de manifiesto lo que los técnicos municipales sospechaban: las obras del tranvía produjeron daños en las copas (que tuvieron que ser sesgadas para no interferir con la catenaria) y en las raíces (que se descuidaron al rebajar la cota del terreno y dejar muchos alcorques al aire).
Explican fuentes municipales, no obstante, que sin las obras los árboles también tendrían problemas porque son "ejemplares maduros". Cuentan que se plantaron al mismo tiempo (en la década de los 70) que los árboles de Sagasta, paseo en el que también ha habido que talar algún árbol en los últimos años porque había perdido vigor como consecuencia de la contaminación y las agresivas podas que se practicaban antaño.
La mayor parte de los ejemplares que van a ser talados están entre el cruce con las calles de Dato y Lagasca y la plaza de Paraíso. En el entorno de Lagasca a Arzobispo Domenech, en apenas 200 metros, podrían pasar por la motosierra 13 de los 23 grandes ejemplares que hay actualmente en ambos lados del bulevar. El otro punto crítico es el tramo final de Gran Vía en sentido entrada a la ciudad. Allí peligran diez de los quince últimos grandes árboles del bulevar, algunos de los cuales llegan a alcanzar los 20 metros de altura.
Al margen de la inmediata tala que se afrontará en pocas semanas, a los técnicos de Parques y Jardines también les preocupa el avanzado deterioro de otros 45 árboles que tendrán que vigilar de cerca para que no entrañen ningún riesgo. Se confía en que estos ejemplares -más repartidos entre Gran Vía, Fernando el Católico y la plaza de San Francisco- puedan salvarse de la tala, pero habrá que hacer un seguimiento pormenorizado para constatar que no hay mermas de vitalidad en sus raíces y que la pérdida de ramas estructurales no los desequilibran.
Próximas replantanciones
La voz de alarma se dio el miércoles en una reunión entre los técnicos municipales y los vecinos del distrito Centro y de Universidad. Aunque se trataba de una cita para tratar sobre mejoras en el bulevar tranviario (tanto de la jardinería como del mobiliario y los juegos infantiles), los técnicos no ocultaron que el inventario de árboles afectados por la obra tranviaria no dejaba de crecer. Las nuevas talas, en principio, volverán a hacerse en horario nocturno para no interrumpir el servicio de la línea 1 y será la sociedad mixta que hizo la obra la que costee la intervención.
Los vecinos del entorno de Gran Vía lamentan la pérdida de un "patrimonio natural monumental", pero entienden que si es por motivos de seguridad no cabe otra opción. Exigen, eso sí, que se lleven a cabo replantaciones con garantías y que los nuevos árboles tengan buen porte y proporcionen sombra. En la reunión se solicitó a los vecinos que propusieran algunas especies para replantar (se citaron tilos, moreras o cerezos rojos) y se les explicó que los nuevos árboles se ubicarán a más distancia de los raíles. La idea es que se planten al menos 84 nuevos ejemplares, que se colocarán separados entre sí por siete metros de césped para que sus raíces no compitan. Las entidades vecinales, los grupos ecologistas y los representantes de las juntas de distrito afectadas están citados a un nuevo encuentro el próximo día 18.
Fuente: Heraldo de Aragón