La reunión fue la más larga de las celebradas hasta la fecha. Se prolongó durante cerca de ocho horas, pero no sirvió para acabar con los discrepancias. Al menos, sí que concluyó con una propuesta de acuerdo por parte de la empresa que la asamblea de trabajadores deberá valorar durante los próximos días. «Ha sido un esfuerzo muy importante», indicaron fuentes de la compañía, que dijeron que, por eso, se «confía en que dé resultados». Por su parte, Carlos Lázaro, uno de los portavoces del comité, criticó que se siguen desoyendo sus principales reivindicaciones, «y muchas no requieren dinero».
En concreto, la empresa ofrece para el nuevo convenio un incremento salarial del IPC hasta 2023. Según contó Lázaro, Tranvías Urbanos de Zaragoza calcula que estará en el 1,5, pero los trabajadores consideran que «no es una estimación real» y que «será negativo». «También quiere dar un plus de aumento salarial de 200 euros, pero eso no compensa la sobrecarga de trabajo de 2021», incidió.
La plantilla reclama, entre otras medidas, mejoras salariales, de horario y de formación, además de beneficiarse del incremento de los kilómetros diarios que se ha llevado a cabo a causa de la pandemia. No obstante, para el comité, los representantes de la compañía dieron a entender ayer que esta es su propuesta «máxima» y, a su juicio, «amenazaron» con que si la huelga se prolonga más allá de la fecha límite del 30 de enero las pérdidas por los paros parciales de los convoyes «repercutirán» en los empleados.
Con todo, los paros se seguirán produciendo en hora punta (de 8.30 a 9.30, de 14.00 a 14.30 y de 19.30 a 20.00), aunque los servicios mínimos del 90% marcados por el Ayuntamiento hacen que por el momento apenas hayan provocado afecciones.
Fuente: Heraldo de Aragón
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