martes, 1 de noviembre de 2016

NOTICIAS - La estación del AVE en Tarragona crece con todo en contra


Está en mitad de la nada, pero la estación del AVE Camp de Tarragona (entre La Secuita y Perafort, Tarragonès) es la octava en número de pasajeros: 2.000 al día, 750.000 anuales de media (840.000 el año pasado) y concentra más de 60 trenes diarios, según un estudio de la Cámara de Comercio de Tarragona presentado en la jornada 'AVE, luces y sombras' hecho en la corporación. Sin embargo, la media de tiempo para llegar a esa estación es de 25 minutos. Más o menos, lo que se tarda en ir desde allí a Lleida en alta velocidad.

El 18 de diciembre del 2006, Camp de Tarragona se puso en marcha con diez trenes diarios. Casi una década después y de haber más que doblado el número de pasajeros, casi todo sigue siendo igual de provisional. Por no tener, carece incluso de plan director, la herramienta básica para regular los usos de la instalación y que sí tienen el resto de estaciones, desveló en ese foro el alcalde de La Secuita, Eudald Roca (ERC).

La estación tarraconense del AVE sigue calificada como zona de reserva de servicios ferroviarios, por lo que “ni podría haber cafetería porque no podemos dar licencia”, reprocha Roca. Irregular o no, hay bar y se pueden alquilar coches. Nada más.

Esta falta de plan impide desarrollar usos, actividades y servicios dentro y fuera de la estación. Tanto es así, que sigue sin suministro de agua ni de vertidos, señala el estudio.

Accesos pendientes

Situada a 17 kilómetros de Reus y 12 de Tarragona, siguen pendientes de ejecución los accesos que atajarían el puñado de carreteras secundarias que hay que recorrer para llegar.

De carretera a rotonda y de rotonda a carretera, puede que recuerde a las pantallas que hay que ir pasando en los videojuegos. La impresión se refuerza al llegar al último vial. Allí se ven hileras de coches aparcados en los arcenes de ambos lados y, en paralelo, una fila de gente con maletas recorriendo a pie el poco menos de un kilómetro que queda para la estación.

La explicación a esta imagen -“pésima”, recoge el estudio- es que el vial sigue siendo propiedad de Adif. Nadie lo ha recepcionado. Es tan tierra de nadie -donde no entran ni grúas ni policías ni multas- que muchos aprovechan para aparcar gratis, a pesar de que también es frecuente ver cristales rotos de ventanillas en el suelo.

Lucha de alcaldes

La Secuita tiene 1.700 habitantes y “aunque tenemos otras muchas prioridades, nos planteamos construir un aparcamiento de bajo coste, ya que ninguna administración superior da el paso y eso es un peligro”, argumenta Roca. Afirma que con al alcalde de Perafort, Joan Martí (CiU), se han hecho expertos ferroviarios a la fuerza de estar encima de la estación desde mucho antes de que se inaugurara.

Juntos han presentado un contencioso a la Generalitar por no cumplir, dicen, los acuerdos alcanzados para crear una área metropolitana del taxi tras una guerra abierta entre los taxistas locales y los de otros municipios, que reclaman poder cargar pasaje. Entienden que las licencias de taxi de ambos municipios no bastan para la estación, pero reclaman “igualdad de condiciones recíproca”.

También juntos reclaman una visión “de territorio, no cada uno por su lado. La estación es de todos”, reivindica Martí. El estudio avala que es así: también da servicio al Alt Penedès y Garraf y al Baix Maestrat (Castelló). El alcalde de Perafort enciende las luces largas y asegura que es “la puerta de entrada a Europa, todos los trenes bifurcan aquí”. Ventajas de estar en el cruce entre el valle del Ebro y la cercana puesta en marcha del Corredor del Mediterráneo. Sin embargo, Tarragona vive de espaldas a esta estación y Reus aún confía en tener la suya propia al sur del aeropuerto.

Una solución técnica

La leyenda asegura que la estación del AVE está en La Secuita para evitar disputas entre Reus y Tarragona. Sin embargo, en los planes ferroviarios de los años 90 ni siquiera se contemplaba una estación en la provincia, sino que se seguía la línea más recta Madrid-Lleida. La consiguió el por aquel entonces secretario de Estado de Infraestructuras, el reusense Albert Vilalta.

A los alcaldes de la época, según se expuso en las jornadas 'AVE, luces y sombras', no les interesaba, más pendientes de regionales y cercanías. Hoy, la capital ha perdido los Euromed y los Avant, que solo paran en Camp de Tarragona y lo harán en Cambrils, a escasos minutos de la playa, cuando pronto entre en servicio el Corredor del Mediterráneo. Reus aún confía en la proyectada estación intermodal al sur del aeropuerto.

Fuente: elPeriódico