viernes, 24 de julio de 2015

NOTICIAS - Grecia deja vía libre para que la deuda de Adif vuele en el mercado de la mano de Draghi


Los vasos comunicantes de la crisis y los mercados financieros tienen estas cosas. Provocan que los problemas se filtren por todos los lados, aunque en principio se piense que no será así o que los hechos ocurren muy lejos. Es lo que le ha pasado a la española Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) en las tres últimas semanas, en las que se ha visto salpicada en primera persona por la crisis de Grecia y por los mecanismos de defensa que el Banco Central Europeo (BCE) puso en marcha para mitigarla. ¿Pero qué tiene que ver un administrador de redes de alta velocidad con los problemas de Atenas y las maniobras del presidente del BCE, Mario Draghi? Los hechos de las últimas semanas demuestran que mucho, porque desde luego no les han sido ajenos.

Primero, porque el pasado 2 de julio el BCE incluyó a Adif entre las agencias públicas o empresas con respaldo estatal cuyos bonos puede comprar. Es decir, la sociedad española presidida por Gonzalo Ferre se veía metida en la lista del BCE en una decisión que, directamente, no tenía que ver con ella, sino que Adif resultaba agraciada en un movimiento con el que, sobre todo, la institución monetaria quería demostrar que tenía elementos a su alcance para reforzar su programa de expansión cuantitativa (QE) y contrarrestar los posibles efectos de un agravamiento de la crisis griega.

Segundo, porque, pese a esa protección que le daba estar dentro de la lista de activos que puede comprar el BCE, las turbulencias que la crisis griega estaba provocando en los mercados aconsejaron a Adif aplazar una emisión de deuda que tenía previsto lanzar este mismo mes.

Y tercero, porque ahora, ya con las aguas helenas más calmadas tras haber alcanzado un acuerdo con la Eurozona, la mano del BCE se deja ver con más claridad en el mercado y sirve de reclamo para que otros inversores compren deuda de Adif para tratar de adelantarse al banco central y que luego este se la recompre a un precio más alto. Esta dinámica ya se está observando con claridad en el precio de sus bonos. De hecho, desde el 2 de julio sus cotizaciones han subido entre un 4 y un 6%.

En estos momentos, Adif cuenta con dos emisiones vivas. La primera de ellas, emitida en mayo de 2014, representó el estreno de la compañía en los mercados. Captó 1.000 millones de euros en títulos a una década, con cupón del 3,5% y que salieron al mercado con una cotización ligeramente bajo la par, del 99,5%. En marzo de este año, los títulos llegaron a cotizar al 118,6% y luego dieron paso a una severa corrección –paralela a la que también sufrieron los bonos soberanos españoles– que les llevó a caer hasta el 106,5% a mediados de junio. Desde el anuncio de que el BCE los incluía en su lista de activos, su cotización ha subido del 107,2% al 111,3%.

En el caso de la segunda emisión, también de obligaciones a una década, salió al mercado en enero de 2015 y de nuevo ascendió a 1.000 millones de euros. Con un cupón del 1,875%, se colocó con un precio del 99,3%. Esta cotización se disparó en marzo hasta el 104,3%, para luego desinflarse hasta el 92,6% en junio y rebotar ahora hasta el 98%, por debajo de su precio inicial, pero con una revalorización superior al 5% en las tres últimas semanas.

Al ritmo previsto

Adif no es la única sociedad o agencia española que está dentro de la lista del BCE. El Instituto de Crédito Oficial (ICO) está incluido desde el momento en que la institución monetaria comenzó a ejecutar su QE.

El QE, anunciado en enero y puesto en marcha ya en marzo, se estructura en tres programas. El primero, y principal, consta de las compras de deuda pública o de agencias y empresas estatales (PSPP, en sus siglas en inglés). Hasta ahora, el BCE ha destinado 227.617 millones a este tipo de compras. El segundo consiste en la compras de cédulas hipotecarias (CBPP3), en las que la entidad ha dedicado 46.000 millones a comprar títulos desde marzo. Y con el tercero adquiere titulizaciones (ABSPP), en las que las compras ascienden a 5.741 millones desde marzo.

Por tanto, el QE acumula ya compras por valor de 280.000 millones de euros, con lo que está dentro de su objetivo de emplear 60.000 millones de euros al mes a la adquisición de bonos en los mercados secundarios, es decir, una vez que los títulos ya han sido emitidos.

El compromiso del BCE consiste en mantener el QE como está al menos hasta septiembre de 2016, con lo que las compras totales alcanzarían los 1,14 billones de euros. De esa cantidad, unos 105.000 millones corresponderán a deuda pública española, aunque la mano visible del BCE también se proyectará –sin una cantidad predefinida– sobre los bonos del ICO y Adif.

Fuente: El Confidencial