domingo, 19 de enero de 2020
NOTICIAS --- Las aceras que llevan hasta la estación de Casetas vuelven a ser transitables
Las aceras de la calle Baleares, a las afueras del barrio rural de Casetas, vuelven a ser transitables tras la intervención de FCC. Los operarios han trabajado durante varias jornadas en el desbroce de los matorrales que las cubrían casi por completo, lo que impedía a los peatones caminar con comodidad por esa zona.
Se trata de la calle que discurre por encima de las vías del tren, y que permite llegar hasta la estación de cercanías y la rotonda que distribuye la circulación hasta Sobradiel. Pese a que no es una calle demasiado transitada -el tráfico es mayormente rodado-, desde la Asociación de Vecinos de Casetas aseguran que la zona no suele estar en buenas condiciones, y que es la propia entidad la que se encarga de alertar de su mal estado de forma periódica. “Normalmente, es la asociación la que da el parte a la alcaldía para que procedan a desbrozar”, explica José Luis Almenara, presidente del colectivo.
Y es que, tal y como apunta Almenara, los matorrales crecen hasta que apenas dejan ver el pavimento. Eso, sumado a los excrementos que genera el ganado que se guarda en una nave de la zona, hace que los peatones opten por caminar por otras calles. Por este motivo, desde la asociación agradecen a las brigadas de limpieza el esfuerzo de estos dónías, aunque reclaman que se realice de manera sistemática y no solo cuando lo solicitan. “Nos gustaría que hubiera un mantenimiento continuado de esta zona”, señala Almenara. Además, estas aceras son unas de las más amplias del barrio, junto con las que hay en la avenida de Logroño. “En algunos tramos igual tienen 8 metros de ancho, y están en un estado lamentable a menudo.”, apunta.
En similares condiciones se encuentra el conocido como camino de las Huertas, muy utilizado por quienes van caminando hasta Utebo. La entidad también denuncia el mal estado de la pasarela peatonal que se creó para acceder a la estación cuando se eliminaron los pasos a nivel. Se trata de una estructura metálica y acristalada de más de 100 metros de longitud en la que, según comentan, el mantenimiento brilla por su ausencia. “Presenta un estado de abandono total. No es que se vaya a caer, pero está muy dejada”, critica Almenara.
Y es que, a la vegetación que crece sin control a su alrededor hay que añadir las pintadas que sufre constantemente y la falta de iluminación en alguno de sus tramos. “Adif la cedió al Ayuntamiento y la pasarela ha sido pasto de los vándalos”, señalan desde la asociación. “El poco mantenimiento que tenía era gracias a la labor de quienes tenían que hacer trabajos comunitarios y venían aquí controlados por la Junta Vecinal y la asociación”, considera Almenara.
Fuente: Heraldo de Aragón