lunes, 27 de noviembre de 2017

NOTICIAS --- Tomás y Tío califica de "temeraria" su recusación en la causa del metro


El magistrado y presidente de la sección segunda de la Audiencia de València, José María Tomás y Tío, califica de «temeraria» la recusación contra él presentada por los ocho exdirectivos de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) imputados en la causa del accidente del metro del 3 de julio de 2006. Tomás y Tío fue elegido ponente de la deliberación que debe decidir si se reabre la causa o se mantiene el archivo, tal como ha decidido la jueza de Instrucción 21, Nieves Molina.

Los ocho exdirectivos imputados alegaron, para apartar a Tomás y Tío de esta decisión, la supuesta «amistad íntima» del magistrado con las víctimas del metro porque la Fundación por la Justicia organizó el «Humans Fest» donde se estrenó el documental «La estrategia del silencio» de Barret Films, sobre la lucha de las víctimas en la búsqueda de la verdad sobre el accidente. En este acto, Tomás y Tío reiteró una frase muy repetida en numerosos foros por él: «No hay verdad, sin la verdad de las víctimas».

Los ocho investigados también alegaron que Tomás y Tío fue propuesto para el Consell Jurídic Consultiu por Ciudadanos, uno de los seis partidos que apoyó a las víctimas del metro y se comprometió a convocar una nueva comisión de investigación en las Corts. Unos argumentos que «rozan la calumnia y merecerían una reacción penal», en palabras de Vicente Baeza, letrado de la asociación de víctimas del metro 3 de julio (Avm3j).

Tras la recusación, un magistrado de la sección quinta de la Audiencia ha abierto un periodo de instrucción para analizar los argumentos de todas las partes sobre la recusación de Tomás y Tío, que deberá dilucidar la sección tercera de la Audiencia de València.

Es en este trámite en el que el magistrado de la sección segunda ha presentado un escrito de alegaciones, al que ha tenido acceso Levante-EMV, en el que niega cualquier amistad con la Avm3j. «No sé si los pretendientes sobrevaloran mi capacidad de afecto, extendiéndola a la totalidad de las víctimas asociadas». Al respecto, Tomás y Tío -un experto internacional en justicia restaurativa que ha participado en el proceso de reparación de las víctimas de El Salvador- recuerda que el «Estatuto de la víctima» prevé que «el apoyo» a ésta no es sólo procesal, ni depende de su posición en un proceso, sino que cobra una dimensión extraprocesal. Se funda en un concepto amplio de reconocimiento, protección y apoyo, en aras a la salvaguarda integral de la víctima». Un apoyo basado en el «derecho a la verdad» que es, según recuerda, «un derecho fundamental, autónomo e inalienable, vinculado a la obligación del Estado de proteger los derechos humanos realizar investigaciones eficaces y velar porque haya recursos efectivos y se obtenga reparación». Y éste derecho a la verdad, apunta el magistrado, «no se satisface con la búsqueda de pruebas que demuestren la culpabilidad o la inocencia, ni se alcanza cuando se convence al juez o al jurado de la culpabilidad o inocencia del acusado».

Produce «rubor»

La «verdad jurídica» sólo se aproxima a la verdad, asegura en su escrito, «cuando con la participación de todos se alcanzan objetivos que busquen el restablecimiento y mantenimiento de la paz, la reconciliación, la lucha contra la impunidad, la prevención de futuras violaciones y, la satisfacción de necesidades de las víctimas y la recuperación de sus derechos». Por último, ve «esperpéntico deducir la afectación de la imparcialidad del modo en que lo hacen los recurrentes, afirmando que 'si el señor Tomás y Tío estimara los recursos y reabriera la causa del accidente del metro contribuiría a satisfacer los objetivos políticos de Ciudadanos'». Una afirmación que le produce «rubor, por no decir tristeza, la pretensión de mancillar la imparcialidad largamente mostrada durante tantos años en la actividad jurisdiccional en la que me desempeño». Y añade, «como señala el letrado Virgilio Latorre, que 'el compromiso con los derechos fundamentales no pone en peligro la imparcialidad, sino que la refuerza». Y concluye: «Sin verdad no puede haber justicia».

Fuente: Levante-El Mercantil Valenciano