martes, 17 de octubre de 2017

NOTICIAS --- El consistorio revisará el plan de contingencia del tranvía


El Ayuntamiento de Zaragoza revisará el plan de contingencia tras las siete horas que estuvo sin funcionar con normalidad el tranvía de Zaragoza durante una de la noches de mayor demanda del servicio. Dos averías en dos convoyes y zonas diferentes y un descarrilamiento dejaron a miles de personas en busca de otras alternativas en la calle, durante más de siete horas, la noche del sábado al domingo, desde las diez y media de la noche hasta las seis de la mañana, cuando se restableció el servicio. El plan de contingencia de Los Tranvías y el ayuntamiento resultó ser insuficiente para atender la alta demanda de la penúltima noche de las fiestas del Pilar. Desde el consistorio, a la espera del resultado de la investigación, admitieron que era necesario revisar el protocolo.

Con más de 600.000 personas disfrutando de los pilares, –según los datos del ayuntamiento– ni los autobuses previstos para dar servicio al recinto de Valdespartera ni los que salieron a la calle para asumir la demanda del Urbos 3 pudieron evitar largas colas en las paradas de autobús, donde se llegó a esperar durante más de una hora, según varios afectados. El consistorio duplicó los autobuses de la línea que presta servicio al recinto, la V1, pasando de 7 a 14, que registraron más de 2.500 usuarios cada hora. El tranvía ha sumado 1,3 millones en todas las fiestas.

Otros servicios

Los taxistas tampoco daban abasto y coger uno por el centro de la ciudad o cualquier barrio era una misión imposible o una cuestión de suerte. Habitualmente hay decenas de taxis en fila estacionados a las salidas de los recintos de fiestas, ayer fueron todavía más. Desde las 22.00 horas hasta las 8.00 toda la flota podía prestar servicio. Aunque la Policía Local trató de regular y controlar en todo momento las aglomeraciones y las filas para acceder a un taxi, hubo algún que otro encontronazo para poder montarse en el vehículo.

Según los taxistas, la noche fue «más rentable» que las anteriores, sin embargo, la diferencia no fue muy notable ya que en fiestas se está continuamente transportando usuarios. «En realidad nos da igual que haya una persona que diez esperando, porque solo puedes coger a uno», explicaba uno de los conductores que prestó servicio en Valdespartera. La centralita de taxis estuvo colapsada durante horas. También fue una odisea coger un autobús en Valdespartera, sobre todo en horas concretas, como al terminar los conciertos, cuando se produce la primera salida masiva de público, y al cierre de la carpa. Las paradas estuvieron controladas y reguladas por agentes y responsables de seguridad para evitar avalanchas.

La primera de las incidencias se produjo a las 11.30 horas en la parada de Murallas. Según informaron desde Los Tranvías, se produjo un fallo en el «disyuntor», un elemento que interviene en la carga del convoy. Entonces, el servicio funcionó en ambos sentidos y en bucle desde Murallas hasta la parada Academia General Militar y desde Gran Vía hasta el paseo de los Olvidados. Se solventó a las 2.30 de la mañana.

Poco después de la primera avería, a las 23.50 horas, en la parada de Gran Vía otra unidad del Urbos 3 sufría una «incidencia técnica». Entonces el servicio ya funcionaba en bucle. A las 12.25, el convoy que acudió hasta Gran Vía para sustituir al averiado descarriló a la altura del intercambiador del paseo y hasta las 6.10 horas no se recolocó.

Como consecuencia de la salida de la vía del tranvía, que era la primera vez que sucedía de forma fortuita sin que un vehículo impactase contra el convoy, el servicio hasta Valdespartera –y en sentido contrario– se vio interrumpido. Desde las 12.25 horas y hasta las seis de la madrugada el tranvía solo circulaba desde Mago de Oz hasta los Olvidados, es decir, de la parada 25 a la 21, ambas en Valdespertara. Y desde Murallas hasta la Academia General Militar. En este caso en ambos sentidos. A las 4 de la madrugada, solo funcionó desde la Academia General hasta plaza España hasta que se restableció.

Fuente: El Periódico de Aragón