martes, 7 de abril de 2020

NOTICIAS --- La pandemia del coronavirus deja en el aire los proyectos de inversión de Zaragoza


"El presupuesto de 2020 está muerto". Esta es la frase más repetida entre responsables del gobierno y de la oposición del Ayuntamiento de Zaragoza durante los últimos días ante la crisis abierta por la pandemia del coronavirus. El aluvión de gastos que se avecinan y la pérdida de ingresos que se está produciendo, tanto por impuestos como por la prestación de servicios, auguran para los próximos meses modificaciones presupuestarias millonarias que pueden poner en cuestión las inversiones de este año.

Con la administración municipal al ralentí y sin capacidad ni siquiera para licitar obras por el estado de alarma, el gobierno ya sabe que este año no tendrá margen para ejecutar los 49,3 millones de euros previstos en este momento, una cifra ya de por sí baja. Hay que tener en cuenta que el presupuesto nació condicionado por los gastos corrientes y de personal, así como por la necesidad imperiosa de reducir la elevada deuda, por lo que no quedará otra que recurrir a los gastos de inversión para salvaguardar los servicios públicos esenciales y la atención social, a la espera de que se habiliten ayudas estatales.

Este miércoles el Estado obligó a ayuntamientos y comunidades autónomas a hacer estudios económicos sobre los costes de esta crisis. Un análisis preliminar apuntó hace unos días a un agujero de 15 millones de euros, una cifra que hoy posiblemente esté desfasada. "2020 y 2021 estarán hipotecados", dijo un responsable del gobierno, que recordó además la precaria situación de las arcas municipales. "El agujero va a ser gordo", dijo otro.

¿Qué proyectos se pueden ver amenazados? El Ayuntamiento había hecho hincapié este año en la operación asfalto (2 millones) y en la reparación de aceras (casi 5 millones). El gobierno tratará de salvar parte, pero no está claro que se pueda ejecutar toda la partida.

Otro de los proyectos en peligro es la prolongación de Tenor Fleta (1,8 millones). El Ayuntamiento quiere mantener esta inversión, pero la infraestructura no solo depende de Zaragoza, sino que está a la espera de un convenio con el Adif, que debe ejecutar parte de las obras. El documento no está firmado y en plena pandemia su futuro es incierto. También están en jaque las mejoras en los colegios públicos (1,4 millones), dado que la paralización del servicio de contratación impedirá concluir los trámites para iniciar los trabajos en verano. Fuentes de Urbanismo indicaron que se va a tratar de llegar a un acuerdo con la DGA para intervenir durante el curso.

Otra de las actuaciones destacadas del año es la reforma de un tramo de la avenida de Cataluña (400.000 euros). El proyecto aún está en redacción y con el bloqueo de los trámites de contratación es improbable que pueda adjudicarse antes de que acabe el año. O el nuevo centro de visitantes, que supone un millón de euros, y que según el gobierno tiene todos los visos de dejar de ser prioritaria. Algo parecido le pasa al plan de vivienda, con 50 millones en cuatro años, cuyo impulso, indicaron fuentes del gobierno, es ahora «muy complicado».

¿Y la reforma de la Romareda, el gran proyecto que quiere desarrollar el alcalde, Jorge Azcón? A diferencia de los proyectos anteriores, no depende del presupuesto municipal y, aunque se retrase, se podría desarrollar su tramitación. Pero en gran medida su modelo de financiación dependerá de la coyuntura económica, que entra en crisis, y las administraciones públicas no estarán para poner lo que falte.

Fuente: Heraldo de Aragón