La estación de Atocha se empezó a construir en el año 1846 para las necesidades específicas del ferrocarril de Madrid a Aranjuez, abierto al público en 1851.
En el año 1892 se terminó de construir una nave principal con cubierta metálica, bajo la que tenían cabida un total de seis vías, para solucionar los problemas ocasionados por la llegada de nuevas líneas a la terminal, entre otras la Madrid-Zaragoza y la Madrid-Ciudad Real-Badajoz.
Esta terminal, diseño de Alberto del Palacio y de Saint-James, fue abierta durante la última semana de 1892, y se puede considerar la estación de Atocha por excelencia, pues su funcionamiento coincidió además con los años de más inmigración desde el campo a la capital. Su marquesina metálica, sus ladrillos prensados procedentes de Ariza y su zócalo de granito, fueron, por tanto, la primera visión de Madrid que tuvieron muchos miles de personas.
Texto: "El ferrocarril Madrid-Ciudad Real-Badajoz". Juan Pedro Esteve García.