A falta de una información oficial, bien vale una bandera española. Y más en estos tiempos en los que tras la eclosión por la victoria de la selección de fútbol en Suráfrica, algunas de ellas siguen inusualmente en los balcones al igual que numerosas, y posteriores, senyeres o estelades. Una flamante rojigualda ondeando al viento de la Sagrera y en lo alto de una enorme grúa de Adif sirvió ayer por la mañana para ratificar lo que fuentes de la obra ya habían revelado. Que la tuneladora del AVE salió de madrugada y sin incidencias de la zona de carga directa de la fachada de la Glòria de la Sagrada Família, en la calle de Mallorca.
Queda mucho túnel por excavar hasta Sants, 3,4 de los 5,1 kilómetros, pero quienes ejecutan con financiación del Estado y subvenciones europeas la línea de alta velocidad anticiparon con esta única enseña la celebración tradicional de cuando se finaliza la estructura de un edificio, lo que se conoce como cubrir aguas. La tensión que soporta todo el equipo por la polémica y la presión social y política que rodea la ejecución del túnel, según reconocen las fuentes citadas, parece liberarse únicamente en esos colores.
Continua la alerta.
Los técnicos añaden, sin embargo, que es pronto para echar las campanas al vuelo, y nunca tan bien dicho tratándose de un edificio religioso. Quedan 100 metros hasta completar, tras cruzar Sardenya, la excavación en paralelo a la pantalla construida para proteger el terreno sobre el que se asiente el templo. Este es un trayecto en el que la tuneladora gira a solo 0,75 metros de las columnas subterráneas de la pantalla (1,5 metros de diámetro y 41 metros de profundidad) y que los ingenieros miran con especial atención por el reducido margen de maniobra existente.
Durante unas horas la bandera ondeó al lado de otra mucho más pequeña, descolorida, algo rota y sostenida por un palo que ha permanecido en ese lugar desde la gesta deportiva. A media tarde, no obstante, esta tela desapareció y quedó solo la mayor, con un buen mástil metálico que garantiza una larga duración.
Un equipo de topógrafos que con trípode, regleta y un aparato láser analizaba el nivel del suelo en el pasaje de Font, una calle estrecha que acaba justo frente a la fachada de la Glòria, explicaron ayer por la tarde que los movimientos han sido hasta ahora irrelevantes.
Estos técnicos, que trabajan con los ingenieros de la Unesco instalados en la Sagrada Família para seguir el estado del monumento patrimonio de la humanidad, confirmaron que obtenían datos similares a los publicados ayer. Es decir, un hundimiento de 1,5 milímetros en el centro de la calzada de Mallorca y de un milímetro y algunas centésimas en las fachadas.
Trabajos preliminares.
El siguiente punto caliente del túnel, con permiso de los varios pozos de la tuneladora cuya excavación causa notables molestias, será otro edificio modernista de Gaudí, también monumento mundial, la Pedrera. Ayer se cortó el tráfico de Provença entre Pau Claris y paseo de Gràcia para empezar los trabajos preliminares de construcción de una pantalla de protección similar a la de la Sagrada Família, aunque de menores dimensiones.
El cierre se prevé que dure cinco meses y medio, hasta el 31 de marzo, y obliga a los vehículos a desviarse por Pau Claris y Mallorca hasta Aribau. El cierre también afecta a los autocares turísticos cuya zona de estacionamiento se traslada al lateral del paseo de Gràcia. En noviembre, además, las restricciones llegarán también a los peatones y turistas, con el corte de parte de la acera del lado montaña.
Junto a la pantalla de 33 pilotes, que Adif decidió finalmente construir como sistema «redundante» de seguridad tras las indicaciones de la Unesco y del comité de expertos nombrado por el Ministerio de Fomento, se instala un sistema de control en la casa Milà con dos estaciones robotizadas y 88 dispositivos para detectar movimientos.
Fuente: El Periódico de Catalunya (www.elperiodico.com)