El cobre se ha convertido en el objeto de deseo de las bandas organizadas de ladrones que se atreven con todo con tal de conseguir unos cuantos kilos de este oro rojo, en cualquier lugar donde se encuentre. No se salva ni el AVE. Se paga muy bien en el mercado negro y Aragón tampoco se escapa de esta fiebre por conseguirlo. Solo en el 2010 ya se han producido 58 robos en líneas de alta velocidad, en diferentes puntos de la comunidad autónoma, y han sido sustraídos del interior de su infraestructura 22 kilómetros de cable. Si se sumaran los intentos fallidos la cifra sería más elevada, pero registrar un robo por semana ya es una media como para empezar a preocuparse.
Estos son datos que maneja el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), cuyas fuentes oficiales explicaron a este diario que "el material sustraido pertenece al cable de comunicación, que afecta de forma inmediata a la circulación, ya que suministra información a la señalización y cuando los sensores detectan la incidencia en la infraestructura hace que, automáticamente, todos los semáforos se pongan en rojo, obligando a parar el tren".
Daños incalculables.
Por eso aseguraron que "los daños son incalculables". El daño que provocan estos robos no solo se cuantifica por el valor del cable arrancado, sino que "también hay que contar el coste de tener que desplazar a personal a la zona y, sobre todo, los retrasos que llegan a acumular los trenes".
No obstante, otras fuentes consultadas del gestor ferroviario indicaron que "la preocupación es máxima", por los elevados costes que suponen estos robos y por la peligrosidad que conlleva acceder al interior de esta infraestructura, protegida de los terrenos colindantes por una valla metálica. Pero más aún que la inconsciencia de los ladrones, preocupa la temeridad de estos grupos organizados, de hasta 20 personas, que entran a las vías rompiendo la protección, incluso sabiendo que las líneas de alta velocidad en España están vigiladas "casi metro a metro" por cámaras y por personal de seguridad. En realidad, también lo está en otras comunidades y solo en el corredor Madrid-Barcelona ya llevan sustraídos más de 180 kilómetros de cable de cobre, igual que la línea Madrid-Valladolid.
Los autores de los robos, según otras fuentes consultadas, evidencian "cierta torpeza" en algunos casos, ya que "dejan muchas huellas en los postes de catenaria e incluso han llegado a abandonar cizallas junto a la vía". Sin embargo también apuntaron que "roban de forma sistemática y organizada, y sobre todo saben qué cables deben cortar para que no haya incidencias de circulación. Conocen bien dónde está cada cable". ¿Por qué el AVE? Porque cada metro de cable puede llevar unos cinco kilos de cobre y es fácil de transportar.
Fuente: El Periódico de Aragón (www.elperiodicodearagon.com)