Que se salga un tren de la vía no es un hecho normal. Que lo haga el mismo modelo de tren, un Alvia, cuatro veces en solo dos meses y en el mismo punto, el intercambiador de Delicias, es ya un problema de envergadura. Y que en solo ocho horas el mismo modelo de tren se salga partiendo desde la intermodal de Zaragoza y en el cambiador de Plasencia de Jalón es para exigir soluciones primero y depurar responsabilidades después. Por eso, Adif y Renfe apuntan al fabricante de los vehículos, la empresa CAF, y las posibles deficiencias de la infraestructura (en el caso de Delicias) como causa principal de los cinco descarrilamientos que se han dado en Aragón este año, los dos últimos ayer.
El malestar con el fabricante de los trenes Alvia era tal que después de que a las once de la mañana se saliera de la vía el primer convoy, con destino a Bilbao y con 60 pasajeros a bordo, Adif y Renfe obligaron a los responsables de CAF de la planta de Beasaín a viajar hasta la capital aragonesa. Ambas querían que vieran in situ lo ocurrido, es decir, que a la hora de cambiar de ancho internacional a ancho convencional, este eje, ubicado en el tercer vagón, falló y no pudo proseguir la marcha. Antes de su llegada, los viajeros fueron recogidos por un Avant que les llevó a la estación para que prosiguieran el trayecto en autobús.
Pero la jornada no había finalizado para Adif, Renfe y CAF. En torno a las seis de la tarde, un Alvia que estaba en pruebas (y vacío) entró en el cambiador de Plasencia de Jalón y su plataforma volvió a fallar en el cambio de ancho. El vehículo avanzó durante más de dos kilómetros con algunas ruedas fuera de la vía, arrastrando con ellas la tornillería, traviesas e incluso golpeando con un poste de catenaria hasta que se quedó inmovilizado, con la cabina fuera de los raíles.
Hasta allí se desplazaron decenas de técnicos de Renfe y Adif, incluido el gerente de Mantenimiento de Zaragoza, José Antonio García Pascual. También acudió al lugar del accidente el director de Media Distancia Convencional, Manuel Jesús Simón. No en vano, el vehículo acabó bloqueando una de las vías generales que unen Madrid con Barcelona. Durante horas, el trasiego de gente fue constante en torno a un tren que afortunadamente iba vacío.
En solo ocho horas de diferencia, dos incidencias de gravedad con un Alvia en el momento de cambiar de ancho de vía. Dos accidentes que se vivieron con especial intensidad en las oficinas de Adif en la estación de Chamartín, desde donde hoy, según ha podido saber este diario, se podría notificar y anunciar la destitución fulminante de uno de sus máximos responsables. No ha trascendido quién será la persona cesada pero, aún así, podría acarrear una depuración de responsabilidades más profunda si no se adoptan soluciones de urgencia.
La explicación técnica de por qué se sale el tren en el intercambiador, que en el caso de Delicias fue modificado hace tres meses para permitir el paso de los trenes nocturnos de Talgo (el Trenhotel hacia Galicia), es sencilla. "El problema es que las piezas metálicas (llamadas resbaladeras) que obligan a la plataforma del tren a cambiar de ancho son recauchutadas y de mala calidad, y en la interacción con la vía existe un riesgo considerable de que el pestillo que cierra el cambio no lo haga y deje las ruedas fuera de la vía. Si la infraestructura no está bien alineada, cualquiera de las resbaladeras puede fallar", explicaron fuentes próximas a la investigación. A esto hay que añadir, y resulta curioso, que solo CAF puede manipular o arreglar esta plataforma si se avería.
Fuente: El Periódico de Aragón (www.elperiodicodearagon.com)