Una fuerte tromba de agua, que barrió las comarcas de Girona desde el Ripollès hasta el Baix Empordà, complicó ayer por la tarde la movilidad, con cortes de tren y de carreteras, desprendimientos de rocas y reducción de la visibilidad en numerosas vías. La incidencia más grave se registró en Sils (Selva), donde la tormenta provocó la caída de unos árboles sobre la vía de ferrocarril y dejó atrapados en el interior de un Talgo a unos 150 pasajeros, informaron anoche fuentes de Renfe. La compañía trasladó a los viajeros afectados hasta Barcelona por carretera.
Los afectados iban en un Talgo que circulaba en dirección a Barcelona y que quedó bloqueado a apenas dos kilómetros de la estación de Sils. Al cierre de esta edición se esperaba la llegada de una grúa para retirar los troncos que había sobre la vía. Técnicos de Adif valoraban anoche la afectación y no descartaban que hubiera resultado dañada la catenaria, con lo que la reparación podría necesitar cierto tiempo. La línea interrumpida une Barcelona con la frontera francesa por Portbou.
También en Sils se produjeron inundaciones, que afectaron a la urbanización de Vallcanera y a la de Les Mallorquines, donde además hubo problemas de suministro eléctrico, manifestó el alcalde, Martí Nogué. El primer edil explicó que, en muy poco rato, cayeron grandes cantidades de agua y pedrisco, que se acumuló en espesores de un palmo. El centro cultural La Lacuna quedó totalmente anegado, así como los bajos de varios edificios cercanos.
En Vidreres, el ayuntamiento decidió cortar el paso de vehículos por las rieras de la población como medida de prevención en vista de que iban muy crecidas, indicó la alcaldesa Ruth Rossique. En la urbanización Can Carbonell de Caldes de Malavella se repitieron los problemas de inundaciones de sótanos y bajos. En total, durante los minutos de más intensidad de la tormenta, los bomberos de la Generalitat recibieron 25 avisos de ciudadanos afectados.
60 litros de agua.
La lluvia, que en localidades como Tregurà de Baix (Ripollès) descargó casi 60 litros de agua en pocos minutos, abatió también un árbol de grandes dimensiones sobre la carretera N-2, a su paso por Caldes de Malavella, lo que obligó a los Mossos d'Esquadra de Trànsit a cortar el carril de la vía en sentido a Barcelona. Entre las 19.30 y las 20.30 horas, el Servei Català del Trànsit restringió la velocidad por mala visibilidad en la autopista AP-7 y las autovías C-35 y C-31.
En Camprodon, un desprendimiento de rocas afectó a la GIV-5264, que estuvo temporalmente cerrada al tráfico. Los bomberos abrieron un carril en torno a las 22.00 horas, lo que permitió habilitar un paso alternativo para los vehículos.
Fuente: El Periódico de Catalunya (www.elperiodico.com)