jueves, 10 de diciembre de 2015

NOTICIAS - Cataluña pierde el tren: filiales ferroviarias en pérdidas y cuestionadas por los auditores


Cataluña fue pionera en la industria ferroviaria. La primera línea de tren de España unía Barcelona y Mataró y empezó a operar en 1848. Más de un siglo después el tren sigue siendo clave. La Generalitat tiene una empresa pública de cercanías: Ferrocarrils de la Generalitat y un grupo público que impulsa esta red ferroviaria, la empresa Ifercat. Ambas compañías acumulan números rojos y sus cuentas han sido cuestionadas por los respectivos auditores.

Así, Ifercat, una empresa con un activo de 7.500 millones de euros y que entre otras cosas está impulsando la deficitaria y todavía sin estrenar Línea 9 de Metro de Barcelona, perdió 102 millones en 2014 y otros 63 millones de euros en el ejercicio anterior.

Ferrocarrils de la Generalitat, opera líneas de tren entre Barcelona y el Vallès y el Baix Llobregat pero también con otras zonas de Cataluña como L’Anoia. Es de justicia señalar que Ferrocarrils de la Generalitat funciona dando un servicio de mayor calidad que la red de cercanías de Renfe, famosa por sus retrasos.

Esta empresa factura 88 millones anuales y perdió antes de subvenciones, 44,8 millones de euros en 2014. Como cada año, la Generalitat cubre esas pérdidas con una subvención con lo que las cuentas acaban equilibradas a cero. La subvención se percibe a través del consorcio público la Autoridad Metropolitana del Transporte.

Pero en 2014, los auditores de Ferrocarrils de la Generalitat, PwC, introducen un párrafo de énfasis en el que se señala que la empresa tiene “un fondo de maniobra negativo de 126,3 millones de euros. Es decir, que la empresa sufriría fuertes tensiones de liquidez de no ser porque dispone de “un plan de financiación apoyado por la Generalitat para hacer frente a sus pasivos a corto plazo”. De modo que el auditor ha optado por aplicar el criterio de “gestión continuada” para señalar esta anomalía tan sólo en un párrafo de énfasis.

Siete años esperando

Más duro es el auditor de Ifercat, la firma KPMG. Esta sociedad señala una “salvedad”, mucho más grave contablemente que el párrafo de énfasis de Ferrocarrils de la Generalitat.

En su salvedad sobre el cierre contable de Ifercat se alerta de que se ha contabilizado una partida que provenía de la Disposición Adicional Tercera del Estatut, en el que en 2007 se concedían 335 millones de euros para financiar la línea 9 del Metro. Siete años después, el auditor recuerda que “no disponemos de evidencia suficiente que nos permita concluir respecto al adecuado tratamiento contable del importe concedido por parte de la Administración General del Estado”.

Es decir, la Generalitat no recibió los fondos, pero los contabilizó en la empresa pública, cuyo capital controla al 100%. No es extraño que la Línea 9 del Metro acumule retrasos. Un primer tramo de esta infraestructura empezará a operar en la primavera del 2016.

La Generalitat tampoco paga

Viendo que se podía hacer con más de 300 millones, la Generalitat también se sumó a los apuntes fantasma en el balance de Ifercat. Así, el auditor deja constancia de que otros 75 millones que el gobierno de Artur Mas tenía que haber abonado en concepto de “aportación patrimonial” en 2010 tampoco se desembolsaron, algo que también resalta KPMG en su auditoría del 2014.

Es decir Ifercat acumula obras paralizadas y años de retraso. Pero también es cierto que la empresa pública está coja en más de 400 millones que se han dejado de aportar por parte de las administraciones desde hace más de un lustro.

Fuente: El Confidencial