sábado, 12 de diciembre de 2015

NOTICIAS - Las dudas sobre los regionales se despejarán tras el 20-D


El presidente de Renfe, Pablo Vázquez, telefoneó el miércoles al consejero de Vertebración Territorial y Movilidad de la DGA, José Luis Soro, para intentar reconducir la relación tras el anuncio de Aragón de dejar de pagar por el convenio que mantiene a las líneas regionales. Y el resultado fue un tenemos que hablar que se pospondrá a después de las elecciones generales. Entre el día 20 y el 31, fecha en la que finaliza el acuerdo vigente, deberán encontrarse físicamente para despejar incógnitas, como acordar cómo se financia su funcionamiento hasta que desde el Pignatelli se logre una reunión con el próximo Gobierno central que salga de los comicios, y que se demorará, como mínimo, hasta "febrero o marzo".

La conversación entre Soro y Vázquez, aparte de la "cordialidad y receptividad" que el consejero le reconoció, no despejó la duda de si puede haber problemas en enero. Ganas de colaborar, todas; que salga gratis, complicado. Porque la compañía le recordó al nacionalista que ella es una empresa prestadora de servicios y que solo los da si alguien le paga, Aragón o Madrid.

"Lo más importante es que los usuarios no se vean afectados", declaró Soro. Pero es consciente de que Renfe no ofrece ningún compromiso de mantener la programación en enero. Aunque le insistió en que este es un momento excepcional porque hay un proceso electoral del que debe salir su verdadero interlocutor en el próximo Gobierno central y que, mientras llegue, puede actuar con mano izquierda.

El consejero insistió en que las líneas aragonesas merecen la obligación de servicio público que se le negó en el 2012 o en las "dudas jurídicas" de que líneas como la de Teruel incluyan municipios como Caudiel, de otra comunidad (igual que la de Monzón llega a Lérida).

También recordó que este Gobierno aragonés sí cumple, no como el PP de Luisa Fernanda Rudi en el anterior mandato, que "solo pagó 1,5 millones" de los más de ocho que se comprometió a abonar entre el 2013 y el 2015. Los otros 6,5 los ha asumido el actual Ejecutivo "en solo seis meses". Son garantías para abrir un paréntesis hasta negociar con Fomento algo más que el pago por los servicios. "Queremos participar en la planificación y afrontar un replanteamiento global de la oferta", aseveró. 

El presidente aragonés, Javier Lambán, fue más crítico con Renfe. Lamentó la decisión "tan torpe y muy mal explicada" de dejar de vender billetes. "Es otra muestra más del desdén con el que mira el Gobierno central a determinadas comunidades, las menos pobladas y que interesan menos al PP", añadió.

Fuente: El Periódico de Aragón