jueves, 28 de marzo de 2019

NOTICIAS --- El asalto a España de SNCF condena la histórica alianza con Renfe del paso a Francia


La probable entrada de la Sociedad Nacional de Ferrocarril francesa (SNCF) en el mercado ferroviario español convertirá por primera vez en rivales a dos empresas estatales históricas en el ámbito del transporte y las infraestructuras. La enseña gala negocia con Intermodalidad de Levante (ILSA), participada por Acciona y Air Nostrum, la incorporación a su consorcio para operar una alternativa a Renfe en los corredores de alta velocidad (AVE). Se plantea, incluso, asaltar el negocio al sur de los Pirineos en solitario si no fructifica ese acuerdo. ILSA, de hecho, está negociando también con las italianas Italo NTV, de capital privado, y la pública Trenitalia.

La liberalización a partir de enero de 2021 tendrá consecuencias en la relación que hasta ahora han mantenido SNCF y Renfe, que pasarán de ser aliadas a competidoras. Y esa competencia dejará casi con toda seguridad una víctima en el camino. Se trata de Elipsos Internacional, la sociedad participada al 50% con la que explotan, en régimen de cooperación, la conexión en alta velocidad entre España y Francia.

La mercantil fue constituida en el año 2000, fruto de la tradicional vinculación entre las dos sociedades estatales a la hora de planificar rutas compartidas internacionales, en las que colaboran desde 1996. Elipsos coordina el trazado de alta velocidad franco-español. Desde 2013, cuando ya estaba abierto el túnel en alta velocidad de Figueres-Perpiñán, Renfe y SNCF ofrecen billetes de AVE desde Madrid, Barcelona o Girona hasta Marsella, Lyon, Toulouse, Montpelier o París. Se trata, justamente, de un corredor similar al que ILSA quiere explotar antes de la liberalización completa (en su caso, desde Madrid a Montpelier) y para el que ya cuenta con el visto bueno de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.

El trazado comercializado de forma conjunta cuenta con una demanda mayor en el tramo entre Barcelona y Francia, para el que Renfe y SNCF emplean trenes Alstom TGV de dos pisos, compatibles con la red AVE española. Son los convoyes que la empresa gala podría utilizar perfectamente para competir a partir de 2021 en el conjunto de corredores que ahora opera en régimen de monopolio la sociedad dependiente del Ministerio de Fomento. Por esta razón, porque van a ser competidoras, las dos compañías están condenadas a poner fecha de caducidad a su alianza y a la actividad de Elipsos Internacional. En el paso francés está en juego un mercado de 4,2 millones de viajeros internacionales en el último quinquenio, a los que hay que sumar otros 5,6 millones que se mueven en los trayectos internos de cada país.

Desde Renfe, se da ya casi por descontado que la alianza con SNCF tiene los días contados. Así lo aconsejan los primeros análisis jurídicos encargados, algo que afectará al futuro de Elipsos. La mercantil compartida tiene una cifra de negocio modesta, de 9,1 millones de euros en el último ejercicio publicado, el de 2017, pero cierra con beneficio neto: 253.221 euros ese año. Declara como actividad básica la de "desarrollar actividades orientadas a potenciar los tráficos ferroviarios de las líneas internacionales de alta velocidad entre Francia y España", según su memoria. El grueso de la facturación de Elipsos procede de la prestación de servicios a sus dos acccionistas en virtud de contratos que se renuevan anualmente con el objeto de proporcionar "ayuda y asesoramiento del desarrollo y mejora del transporte ferroviario en sus trenes regulares y suplementarios", se afirma desde la empresa que preside Ramón Azuara, director general de Renfe Viajeros.

Fuente: El Confidencial