Eso sí, no hay ningún plazo para la creación de sendas cuestiones; entra dentro de un ambicioso plan de movilidad que supone la inversión de 316 millones de euros por parte de la Generalitat Valenciana, en dos fases, una primera de 5 años (143 millones), y una segunda que llega hasta los 10 (con 172 millones). Aunque con todo lo que hace falta de la administración total, la suma sería de más de 900 millones. Por lo pronto, ahora se abre un periodo de exposición pública para alegaciones y propuestas que habrá que aterrizar con los Ayuntamientos implicados. Eso significa que tocará negociar con la administración local y consensuar. La única actuación que avanzaba el conseller Arcadi España que se licitará a principios de 2022 es la de la nueva concesión de autobuses entre Elche y Santa Pola y Santa Pola y Alicante, cosa que ya estaba en trámite.
Prioridades a corto plazo y voluntades para un plan que tardará dos años en tener luz verde
Otra de las medidas anunciadas que se presupone que arrancará pronto, dado que ya se ha puesto encima de la mesa es la de la ampliación del Tram de Alicante hacia a San Vicent, Sant Joan o al barrio de la Florida. En ese sentido, preguntado España sobre la posibilidad de extender el tranvía hacia Elche —acción a la que se abría la puerta por ejemplo en el Plan de Acción Territorial (PAT) en desarrollo—, el conseller deja claro que no se plantea por ahora a nivel autonómico, al circunscribirse a que la prioridad es mejorar la red de Cercanías de Murcia-Alicante en todo lo pendiente, y plantear la conexión del ferrocarril con el Parque Empresarial. Una reivindicación también de años, pero que al igual que la electrificación y renovación de la vía, supone una gran inversión de otra administración; del Estado. Lo último que se conoce, relacionado, es la licitación de los nuevos vehículos híbridos.
Precisamente, hace tan solo unos días la nueva titular de Fomento se comprometía con la Generalitat a analizar la situación para acelerarla en un capítulo más de las inexorables promesas sobre infraestructuras en Elche, extensibles aquí a la provincia con el Cercanías. Otra cuestión que se incluirá en el PMoMe sobre el tren es habilitar un intercambiador de transporte público en la parada del AVE de Matola. Aunque obviamente es una inversión que tiene que hacer el ministerio, la inclusión en el Plan de Movilidad puede suponer a su vez que la conselleria se sumará a las exigencias para esas reivindicaciones históricas. Por último, junto al mencionado intercambiador, estaría también la Estación intermodal de Alicante, la de Elche, el intercambiador del Hospital de Sant Joan y el del Centro Comercial Puerta Alicante. Y una red de intercambiadores secundarios en Alicante y en Elche, que estaría en Carrús.
Además de ese ente metropolitano —que integraría a Elche, Alicante, Crevillent, Santa Pola, Sant Vicent, Sant Joan, Mutxamel y El Campello—, las prioridades para sendas ciudades y entorno son las mencionadas líneas de bus BRT (Bus Rapid Transit) Elche-Crevillent, Elche-Alicante y una línea circular interna en Elche, de las que se quiere impulsar la tramitación a corto plazo con la compra de los vehículos. Pero también ampliar la red ciclista en 250 kilómetros y la creación de aparcamientos disuasorios en la periferia de las ciudades que supongan 2.448 plazas de aparcamiento para visitantes de otros municipios. Algo que tendrán que se tendrá que consensuar con sus respectivos ayuntamientos.
Alicante critica que no se haya consensuado antes y Elche reivindica una mayor área de influencia
Precisamente sobre esta opción, el concejal de Movilidad de Alicante, José Ramón González, manifestaba al término de la presentación del plan que "es importante trabajar juntos todas las ideas y propuestas de futuro”, añadiendo que les hubiera gustado “consensuarlas previamente para ser más eficientes y ver su viabilidad en Alicante con una mayor coordinación técnica”. González criticaba también que el plan es “una declaración de intenciones políticas”, al tiempo que espera que “proyectos históricos de Alicante como la conexión ferroviaria del aeropuerto con Renfe o la Estación Intermodal que todavía no son una realidad se realicen y podamos contar con ellos cuanto antes”.
Por su parte, el alcalde Carlos González aprovechaba para reivindicar que el área de influencia de Elche iba más allá, también a la Vega baja, hacia municipios como Orihuela o Dolores e incluso más al norte a otros como Elda, en la parte norte de la comarca. Eso sí, se mostraba más comedido que el edil de Alicante, diciendo sobre esos aparcamientos disuasorios que habrá que estudiar la opción. Cabe resaltar que no son los aparcamientos disuasorios que plantea el PMUS de Elche, esos son para usuarios locales, aunque no son una prioridad por el momento porque se considera que hay suficiente oferta de aparcamiento.
Por último, y en definitiva, un plan más intencional que concreto que hay que aterrizar, como venía a decir el edil de Movilidad alicantino. De hecho, ahora mismo el plan está en la fase de gestión y seguimiento, y después de la aprobación final tendrán lugar los procesos de participación pública y de evaluación ambiental, que se desarrollarán dos años después de esa aprobación final. Es decir que esta estrategia llegará al periodo electoral y puede quedar supeditada a lo que ocurra después de los comicios. Lo único que hay confirmado que se va a licitar a principios del próximo año es la nueva concesión, ya en marcha, del autobús a Santa Pola desde Elche y Alicante. Como contó este medio, también se trabaja en cinco nuevas líneas hasta València por 21 millones de euros.
Fuente: Alicante Plaza
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