La línea de alta velocidad entre Vigo y Oporto sufrió ayer un nuevo retraso y no estará en funcionamiento hasta 2015 como muy pronto, dos años más tarde de los previsto en la última fecha oficial. El gobierno portugués esgrimió la necesidad de contener el gasto público para frenar un proyecto del que se lleva años hablando y cuya fecha inicial de finalización era 2006. En todo caso, el proyecto sigue en cartera, después de que en plena campaña electoral la derecha lusa propusiera su anulación por el elevado coste.
El ministro de Estado y de Finanzas luso, Fernando Teixeira dos Santos, vinculó esta decisión con la necesidad de obtener un "déficit más bajo y unas cuentas más sostenibles", tras el pico de inversión pública del año pasado y la necesidad de reducir el déficit, problema que comparte con el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero.
La conexión entre Vigo y Portugal a través de la alta velocidad no ha parado de acumular retrasos. Primero se fijó 2006 y hace cuatro años la Cumbre de Badajoz asistió a la primera rectificación, que pospuso su entrada en servicio hasta 2013. Ayer, Portugal confirmó una nueva fecha, 2015, si bien la Federación de Construcción lusa cree que el retraso alcanzará un mínimo de cuatro años. Esta decisión afectará también a la línea entre Lisboa y Oporto, que se retrasará hasta 2017.
Existían indicios de la decisión de Portugal, después de que la semana pasada rechazase sacar a concurso el trazado entre Braga y Valença porque no existía tráfico suficiente que justificase una inversión global que ronda los 845 millones de euros.
Esta infraestructura ha sido motivo de polémica en el país vecino, especialmente durante la campaña electoral del año pasado. La oposición a Sócrates criticó el excesivo gasto en el AVE a España, fundamentalmente en la conexión entre Lisboa y Madrid. Los conservadores planteaban incluso paralizar el proyecto en su totalidad porque requería demasiada inversión. La victoria de Sócrates le permitió mantener su apuesta por este enlace.
Fue el ministro de Fomento, José Blanco, el primero en anunciar un retraso de dos años en la línea por los problemas para definir un trazado entre Vigo y Porriño, lo que explicó tras visitar a su homólogo luso en noviembre. La conclusión de la línea en la parte española no estaría finalizada hasta 2015. Pese a ello, la visita de José Blanco supuso un espaldarazo al proyecto que en la campaña electoral estuvo en el aire.
Ayer fue el turno del secretario de Estado de Transportes portugués, Carlos Correia, que mostró su compromiso con el AVE a pesar de anunciar un retraso de dos años. El motivo es la crisis económica. Además, no lanzarán "un concurso para construir una línea de alta velocidad para parar en la frontera".
La mayor parte de la inversión de esta obra radica en terreno portugués, donde se concentran 100 de los 185 kilómetros de la línea. A medias se licitará la construcción del puente internacional sobre el río Miño que conectará ambas orillas.
Sócrates transmitió su apuesta "inequívoca" por la conexión con Galicia al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en la visita que éste realizó a Portugal a finales de enero. Pese a las buenas palabras, este último no logró el mismo compromiso cuando le propuso a Sócrates pactar un calendario para las obras entre Vigo y Oporto y concretar así las fechas de licitación de los tramos de la línea.
La situación financiera de Portugal requiere un plan de reajuste para lograr rebajar su déficit del 8,3% al 2,8% en apenas tres años. Dentro del paquete de medidas, se encuentran algunas impopulares como la congelación salarial de los funcionarios y la privatización de empresas y bienes públicos, con los que esperaban lograr alrededor de 6.000 millones de euros.
En este contexto, la inversión en las líneas de alta velocidad con España se sitúa en un segundo plano y como uno de los capítulos a reducir. De ahí el retraso confirmado ayer por Teixeira dos Santos.
A este lado de la frontera, la Xunta ha presionado a Fomento para que las obras del AVE a Portugal comenzasen en 2012. El año pasado el entonces presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, aseguró, tras reunirse con Sócrates, que estarían operativas a partir de 2010.
Las características de la línea también generaron tensión, pues habilitarla para mercancías y pasajeros tendría un coste extra de entre 150 y 200 millones de euros. Finalmente, se habilitará para estos últimos.
Fuente: El Faro de Vigo (www.farodevigo.es)