La nueva travesía del Tajo, tramo final de la línea de alta velocidad Madrid-Lisboa no estará concluida, al menos hasta 2016 ó 2017, lo que supondrá que el enlace entre las dos capitales ibéricas no se hará a velocidades superiores a los 300 km/h como inicialmente estaba previsto.
Durante un período de al menos tres años, desde 2014, cuando se prevé que concluya la construcción del tramo Poceirão-Caia, la solución será utilizar trenes de ancho variable que permitan aprovechar la infraestructura nueva la antigua.
Así, Rave ha decidido, según afirma el diario lisboeta Publico, no licitar un concurso público internacional para dotarse de trenes y negociar con Renfe la explotación de trenes de doble ancho que aseguren la relación Madrid-Lisboa sin transbordos.
Los trenes podrían ser alquilados a Renfe o constituir la contribución de la operadora española a una previsible sociedad conjunta con CP para la explotación de la línea Madrid-Lisboa.
Esa explotación exigiría la instalación de un cambiador de ancho en Poceirão y permitiría prolongar los servicios a cualquier ciudad portuguesa utilizando los tramos nuevos de alta velocidad y las líneas convencionales existentes.
Tiempo de viaje.
Los trenes que podrían prestar esos servicios tienen velocidades máximas de 250 km/h, lo que junto con el uso del puente 25 de abril en el tramo Poceirão-Lisboa que exigirá una hora de viaje, pondrá las dos capitales a no menos de cuatro horas y media, con paradas intermedias en Évora, Badajoz, Mérida y Cáceres.
Este tiempo de viaje es muy superior a las dos horas y 45 minutos previstas para la línea con trenes de 350 km/h de velocidad máxima, que sólo será posible cuando el tramo que incluye el nuevo puente sobre el Tajo esté concluido. El Ministerio de Obras Públicas portugués se propone relanzar el concurso de la tercera travesía en un plazo de seis meses.
Fuente: Vía Libre (www.vialibre-ffe.com)