La luz al final del túnel. Esta es la sensación que vivirán mañana los miles de afectados por las obras del apaedero con Goya con la reapertura al tráfico de Cortes de Aragón. A partir de las nueve de la mañana, ya se podrá cruzar la avenida de Goya e incorporarse en dirección al Portillo, lo que aliviará la congestión que sufre la zona desde hace meses y permitirá evitar la Gran Vía para llegar al centro.
La reconstrucción de la cubierta de hormigón del túnel ferroviario finalizó hace una par de semanas, por lo que las empresas adjudicatarias pudieron empezar a impermeabilizar la estructura y posteriormente asfaltar el cruce tras varios meses de severas afecciones viarias. Esta losa ocupa unos 2.500 metros cuadrados.
La normalización del tráfico será «progresiva», según fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), ya que para el 30 de septiembre prevén que se abra por completo el tramo de la avenida de Goya comprendido entre la Gran Vía y la iglesia del Corazón de María.
La última fase se alargará hasta finales de año, para cuando se estima que terminen las obras. Hasta entonces, se seguirá ocupando un carril por sentido entre la Gran Vía y Alférez Provisional ante la necesidad de acumular material y maquinaria para la construcción del edificio ferroviario. Su estructura se empezará a apreciar después del verano.
Su estreno está previsto para enero, un mes antes de lo previsto, para salvar las restricciones legales que impiden inaugurar obras públicas en coincidencia con periodos electorales.
Los esfuerzos de las contratistas, Sacyr, Neopul y Aragonesa de Proyectos y Obras, se centran ahora bajo tierra. El ADIF cortó el tráfico de regionales y cercanías por el túnel el pasado 4 de mayo para posibilitar su ampliación y urge ahora retomar el tráfico.
Tras despejar el túnel, los operarios tendieron de nuevo las instalaciones de seguridad y comunicaciones, ejecutaron las obras de drenaje y están rematando el suelo de hormigón sobre el que circularán los trenes a partir del 19 de agosto si se cumplen los plazos.
Las traviesas instaladas ahora no son las convencionales, ya que los raíles se anclarán directamente en el suelo (vía en placa). Este mismo sistema fue el utilizado en su día en el túnel que discurre en paralelo, reservado para los trenes de alta velocidad. Aunque el espacio subterráneo permite instalar una vía a cada del andén, los trenes solo podrán parar en la denominada vía general. La otra se ha dejado sin montar, para cuando se decida reconvertir la red convencional al ancho internacional, un proyecto sin fecha.
Una terminal de 1.200 m2.
Cuando finalicen estos trabajos quedará solo por levantar el edificio de la terminal, frente al instituto Goya. En la losa del túnel se han dejado huecos para la instalación del futuro ascensor y las escaleras mecánicas que comunicarán con el andén. La terminal, con una planta de casi 1.200 metros cuadrados, garantizará la plena intermodalidad con el tranvía, ya que una de sus paradas se situará junto a la puerta que se orientará a Gran Vía. Su elemento más característico será la cubierta ondulada, de madera laminada y rematada con una plancha de cobre oxidado.
Fuente: Heraldo de Aragón (www.heraldo.es)