sábado, 3 de agosto de 2019

NOTICIAS --- El Libro Blanco del Canfranc propone que el futuro tren Zaragoza-Pau tarde tres horas y media


El Libro Blanco del Canfranc elaborado por las asociaciones defensoras de la reapertura, Crefco y Creloc, propone que el futuro enlace ferroviario entre Zaragoza y Pau para el tren de viajeros se rebaje a tres horas y media. En la actualidad, el tren de Zaragoza a Canfranc supera ese tiempo (3.45 horas). «Las velocidades deberán ser notablemente aumentadas para establecer tiempos de enlace Zaragoza-Pau más cortos que los de la carretera: 5 horas para el flete (mercancías) y 3.30 horas para los trenes de viajeros», recomienda.

«Queremos que se mejoren las curvas de transición para poder subir la velocidad entre Huesca y Canfranc. Lo normal sería que entre Zaragoza y Canfranc se rebajara hasta 2.30 horas para el tren de viajeros», apuntó ayer Javier Garrido, portavoz de Crefco (Coordinadora por la Reapertura del Ferrocarril Canfranc-Olorón). «El ferrocarril tiene que competir contra la carretera porque ahora la diferencia es más del doble de tiempo, aunque se dé más vuelta», agregó.

Zaragoza y Pau están separados por 311 kilómetros por tren (si se vuelve a utilizar la vía directa de Gurrea de Gállego sería de 271 km) y solo faltan 33 entre Bedous y Canfranc para restablecer la circulación. «Nos llega el apoyo de la Comisión Europea y su voluntad de recuperar las líneas regionales frente a las grandes líneas porque es mucho más barato y por eso esperamos los estudios que están realizando», agregó Javier Garrido.

Casi veinte trenes diarios

El cálculo aproximado del Libro Blanco es que cuando se reabra la línea –apuesta para 2024, después de que la Comisión Europea apruebe el año próximo los estudios que financia con 7,5 millones– podrían circular casi veinte trenes diarios:once de pasajeros, que uniría las capitales de Burdeos, Zaragoza y Toulouse, con una población de más de 700.000 habitantes, y cuatro de mercancías en cada sentido.

Respecto a los tráficos que se esperan, Crefco y Creloc apuntan que en 2018 cruzaron la frontera alrededor de 3,3 millones de toneladas, al ritmo de 400 camiones diarios por el valle del Aspe, una cifra que supera el tráfico del puerto de Bayona. «De ellas, 150.000 toneladas son de maíz francés que se transborda a trenes españoles fletados por la empresa Silos de Canfranc. Toda esa carga podría salir en tren desde su origen», indicaron.

Además, en el tráfico de mercancías destacan las posibilidades que ofrece la fábrica Opel-PSA, que produce 400.000 vehículos al año que exporta en su mayor parte; la empresa Saica, que recibe trenes de papel usado de la UE y lo exporta reciclado por carretera;el grupo Balay-BSH con sus exportaciones y las fábricas químicas de Lacq, Sabiñánigo. Monzón y Zaragoza.

«Proponemos que los trenes de mercancías sean de 750 metros por su gran capacidad y tengan varias estaciones de aparcadero como Ayerbe, Santa María de la Peña y Jaca», agregó Garrido. Además, destacó que esta línea debe ser «una referencia a nivel de protección medioambiental, de lucha contra el cambio climático y de implementación de la transición energética y de conservación de los paisajes».

Liberalización del transporte

Con el fin de garantizar el mejor funcionamiento posible del ferrocarril internacional Pau-Zaragoza, el Libro Blanco preconiza que podría convertirse en una concesión integrada que garantice un volumen de tráfico de trenes suficiente para asegurar su viabilidad. Reclama que se respete la obligación del servicio público de viajeros, como dicen la legislación francesa y española, y las normas europeas de liberalización de los transportes por ferrocarril al tratarse de una línea internacional. En este sentido, los defensores de la reapertura tienen muy claro que la futura línea ferroviaria entre Pau y Zaragoza debería ser electrificada, de ancho de vía europea UIC, que ahora llega hasta Huesca, y que en la parte española se modifiquen los 115 kilómetros hasta Canfranc.

Fuente: Heraldo de Aragón