miércoles, 13 de junio de 2018

NOTICIAS --- Los trenes de cercanías van casi vacíos y apenas superan la cifra de usuarios de hace diez años


Los trenes de cercanías siguen circulando casi vacíos después de diez años de servicio y Renfe apenas ha logrado superar la cifra de viajeros con la que estrenó la línea entre Casetas y Miraflores justo para la Exposición Internacional de 2008. Su explotación es ruinosa, ya que la ocupación media se limita a 23 personas cuando los convoyes Civia pueden transportar hasta 563. Esto provoca que los ingresos no cubran ni el 10% del coste millonario del servicio y la línea de Zaragoza siga destacando como la más ruinosa entre las que gestiona la compañía pública en once ciudades españolas.

Estas cifras constan en el último informe de la ingeniería Ineco, encargado por Fomento para la renovación de los servicios ferroviarios declarados como Obligación de Servicio Público a finales del año pasado. En el caso de las cercanías de Zaragoza, no cumple los parámetros como otras ciudades, ya que ni atienden al área metropolitana para captar demanda obligada (tanto desplazamientos laborables como para ir al centro educativo) ni su frecuencia es elevada. Eso sí, cuenta con una población de más de 500.000 habitantes, requisito sine qua non para mantener el servicio.

El recorrido de Zaragoza, de 16,6 kilómetros, únicamente tiene demanda real en Utebo, lo que lastra su explotación desde el primer día y ni siquiera lo ha podido compensar la apertura de la céntrica estación de Goya. Los números constatan esta realidad, puesto que en el primer año completo de la línea, 2009, se contabilizaron 281.000 viajeros y el pasado ejercicio se cerró con 295.000.

Renfe solo logró que la línea creciera tras la inauguración de la terminal de Goya en 2012, lo que le permitió crecer hasta los 343.000 usuarios y batir su récord un año después con 367.000. Sin embargo, la demanda volvió a caer y desde entonces está por debajo de la barrera de los 300.000. Es más, en 2018 sufrió otro retroceso, de casi el 2%.

El jefe de Cercanías y Media Distancia de Renfe en Aragón, Rafael Lázaro, no supo dar una explicación de la caída de los viajeros, dado que el nivel de servicio es el mismo desde que se abrió Goya. Desde entonces, los regionales hacen las funciones de cercanías en el tramo urbano, lo que permitió incrementar a 82 el número de servicios, de los cuales 64 hacen todo el recorrido. "La oferta y los clientes son los mismos y estos reconocen su satisfacción", añadió.

Lázaro admitió la competitividad que implican los autobuses de línea en precio y proximidad a los puntos de demanda, las limitaciones de servicio del tren y la ausencia de clientes cautivos, dado que la línea no cubre los campus, hospitales o un centro de trabajo con cientos de trabajadores.

El informe de Ineco evidencia que las cercanías de Zaragoza son las que menos viajeros transportan, no solo en números absolutos sino también por convoy, lo que provoca que registren el mayor agujero económico en su explotación, siempre en términos porcentuales. De hecho, la segunda línea con menos usuarios, la de Santander, registra más del doble de viajeros por tren, 51 frente a los 23 de Zaragoza.

Y por supuesto existe un mundo con el núcleo de Madrid, donde las cercanías circulan con un promedio de 517 clientes gracias a la aglomeración de grandes poblaciones en su entorno, todo lo contrario que Zaragoza.

Esto convierte a la línea de la capital aragonesa en la que registra el peor índice de cobertura, el que fija la diferencia entre los ingresos y los costes de explotación: solo alcanza el 9% cuando la media nacional roza el 61%.

Rafael Lázaro señaló que la compañía tampoco tiene mucho margen de maniobra, dado que los recorridos y las frecuencias de los servicios vienen marcados por el Ministerio de Fomento, que lo fija y financia. El responsable de Renfe apuntó que el futuro podría venir por el modelo de tren-tram, una apuesta de la DGA recogida en las directrices de movilidad de Zaragoza y que se va a poner en marcha en Cádiz.

Expertos ferroviarios y en movilidad señalaron que nunca funcionarán las cercanías si se limita a una línea netamente urbana que no cubre el extrarradio de Zaragoza. "Va de ningún sitio a ninguna parte, puesto que no cubre barrios populosos con demanda de movilidad ni centros de atracción de público", añadieron.

Por ello, plantearon la necesidad de extender el servicio de la línea, de modo que se habiliten paradas en el recorrido existente, tanto a la altura del polígono El Portazgo como en Monzalbarba. También incidieron en la posibilidad más ambiciosa de hacer su recorrido circular aprovechando la Ronda Sur, de modo que haya paradas en Plaza, Puerto Venecia y La Cartuja y atraer así a mucho más público. "También se podría extender por el valle del Ebro y no haría falta construir una estación en Alagón como decía el estudio oficial que descartó esta posibilidad por su coste", añadieron.

Fuente: Heraldo de Aragón