viernes, 6 de julio de 2018

NOTICIAS --- Los 21.000 m2 que liberará el Metro en Easo se destinarán a «usos mixtos»


Queda tiempo. Más o menos cuatro años. Suficiente para pensar, debatir y acordar cómo quedarán y a qué se destinarán los 21.000 metros cuadrados que San Sebastián va a recuperar casi en el centro de la ciudad, una vez el Topo comience a circular bajo tierra y la actual playa de vías y estación de Easo desaparezcan. Hasta que la obra culmine, en 2022, no se pueden tocar esos 'suculentos' terrenos, ni sobre el papel -el cambio del Plan General para modificar su calificación- ni sobre el terreno, pero sí empezar a «soñar» con los espacios verdes, viviendas, usos comerciales o accesos peatonales que podrían ocupar el ingente espacio situado entre la calle Autonomía, la calle Errondo y la plaza Easo.

El alcalde Eneko Goia se permitió el martes esa licencia, la de «soñar con nuevas zonas urbanas de calidad y con peatonalizaciones de calles que hoy son impensables», tras suscribir con la consejera de Infraestructuras, Arantxa Tapia, un convenio que pone en marcha «la definición» del futuro proyecto para ese terreno liberado, o «recuperado» para la ciudad, como prefieren calificarlo los responsables municipales. Dos comisiones, una política y otra técnica, integradas de forma paritaria por tres responsables municipales y tres del Ejecutivo vasco y ETS serán las encargadas de ir dando forma, y tomando decisiones sobre esa urbanización que contará «con usos mixtos» y cuyos aprovechamientos futuros revertirán en la financiación de otros proyectos ferroviarios de Gipuzkoa.

Así lo aseguró la consejera, que coincidió con Goia en que ambas instituciones tienen que llegar «sí o sí» a un acuerdo en los próximos años para una reurbanización donde cada uno juega un papel esencial para que salga adelante. El Ayuntamiento es el único capacitado para recalificar unos terrenos que actualmente son «ferroviarios» y que, en el futuro, pasarán a ser -en función de la distribución que se realice de los diferentes usos- residenciales, comerciales, de equipamiento público... Ahí estará el quid del acuerdo, en llegar a un punto de consenso donde los intereses «urbanísticos» del Consistorio donostiarra, que advierte que no solo mirará al espacio ferroviario sino a las calles, carreteras y edificios adyacentes para buscar la mejor «integración» urbana posible; y donde el Gobierno Vasco, a través de la sociedad pública de gestión ferroviaria ETS, propietaria de los 21.310 metros cuadrados de terreno, intentará buscar el mayor aprovechamiento económico -en forma de actividades comerciales- para rentabilizar el acuerdo y sacarle el mayor jugo posible para financiar «futuros proyectos ferroviarios en Gipuzkoa», aseveró Tapia.

La consejera no habló de cifras. Dependerá de esos futuros usos y del tira y afloja entre ambas instituciones, una para primar lo urbanístico y la otra para potenciar lo económico. Pero tampoco ese montante es necesario para financiar un Metro que corre a cuenta, en su integridad, del Gobierno Vasco, y que ya ha empezado a abrirse camino por el subsuelo de la ciudad, con túneles desde Pío Baroja o la calle Zarautz con varios metros ya de profundidad. El Ejecutivo ha realizado ya una previsión presupuestaria para que en los próximos ejercicios se ejecuten los 180 millones de euros que cuesta la obra al completo, con sus tres nuevas estaciones soterradas.

El convenio suscrito el martes en el Ayuntamiento discurre, por tanto, en paralelo al proyecto ferroviario. Y tal y como explicaron Tapia y Goia, se centra en «definir los criterios de ordenación y gestión de los terrenos liberados en Amara-Easo» y en «aprovechar la gran oportunidad» -coincidieron ambos- que supone contar con un espacio así en pleno corazón de la ciudad. «Siempre hablamos de nuestra apuesta clara por la infraestructura del Topo como medio de transporte público, pero también hay una segunda fase que a la ciudad nos interesa, y es la transformación de esa playa de vías», que perderá su utilidad y su función cuando los trenes dejen de circular por la superficie y se elimine el actual fondo de saco.

«Dibujo conjunto»

Ambas instituciones se disponen a elaborar un «dibujo conjunto» que satisfaga a todas las partes, como el elaborado -recordó Tapia- para reurbanizar el entorno de la última estación de Euskotren inaugurada en San Sebastián, la de Loiola, con 17.600 metros cuadrados. Y para ello, en próximos días comenzarán las reuniones de ambas comisiones. Una, política, integrada por parte del Ejecutivo por Tapia, el viceconsejero Antonio Aiz y el asesor del departamento, Imanol Goenaga; y por parte del Ayuntamiento, con Goia, el delegado de Impulso Económico, Ernesto Gasco, y la delegada de Movilidad, Pilar Arana. Y que se encargará de supervisar y negociar las posibles discrepancias del proyecto que vayan elaborando en la mesa técnica los directores del departamento, de ETS y los responsables de Urbanismo, Movilidad y Proyectos de Donostia.

«El interés por llegar a un acuerdo es mutuo», aseguró Goia, quien confió en que a lo largo de los próximos cuatro años, con elecciones y posibles cambios políticos de por medio, haya margen suficiente para alcanzar un consenso y para activar, cuando llegue el momento, la modificación del Plan General de Ordenación Urbana necesaria para cambiar la calificación de los terrenos. «Esa tramitación dura en torno a un año», concretó el alcalde. Por lo que «hay tiempo de sobra» para diseñar con detalle esa reurbanización del entorno.

Tapia también dio por sentado el consenso, en un proyecto «estratégico y de futuro», que permite «suprimir una trinchera ferroviaria y ganar un espacio para uso y disfrute de la ciudadanía. No inventamos nada nuevo, es una regeneración urbanística y social», aseveró la consejera.

Fuente: El Diario Vasco