viernes, 15 de mayo de 2009

NOTICIAS-La estación de Miraflores abrirá en junio sin mejoras.

Garantizar unas condiciones dignas de accesibilidad. Este es el objetivo que se marcaba hace unas semanas el alcalde, Juan Alberto Belloch, trabajar en la mejora del entorno de la estación de Miraflores para acondicionar una mejor entrada al edificio para cuando finalizara su construcción. Tan solo quedan tres semanas de obras para que esté operativo para los usuarios del Cercanías y, aún así, la única solución que se va adoptar es el mismo acceso provisional, de hormigón, desde el camino del Junco --en la trasera de La Granja--, que el contratista ya incluía en sus previsiones y una iluminación adicional para este entorno.

Más luz para este acceso es la única novedad para el nuevo edificio que abrirá sus puertas en la última semana de mayo o la primera de junio. Y ni siquiera se trabaja en diseñar alguna solución provisional para las inmediaciones del propio camino del Junco, donde solo hay una pequeña acera en la parte de La Granja --no hay en la parte de la estación--, y donde el terreno por urbanizar ni siquiera quedará delimitado por una valla de protección, como pasa en El Portillo.

En este sentido, ni ZAV ni el ayuntamiento se consideran responsables de mejorarlo y así se quedará y la estación seguirá funcionando en precario. Porque "la obligación es solo de la Junta de Compensación", insisten ambos.

No hay más actuación ordenada ni encargada por el consistorio ni por ZAV. Nada más. Y es que la disyuntiva que existe radica en hacer una pequeña actuación perecedera, que tendrá que demolerse cuando se acometa la urbanización definitiva, o comenzar dicha urbanización, instando a la Junta de Compensación a costearla o que alguna administración finance por adelantado.

Esta última opción requiere de la creación del movimiento de tierras para alcanzar la entrada principal del edificio, por la primera planta, y la construcción de muros de contención. Unas obras que podrían durar unos cinco o seis meses más de trabajo.

Mientras, el edificio quedará reducido a un simple pasillo que conducirá desde la entrada lateral hasta la zona del andén, utilizando las máquinas expendedoras de billetes y atravesando los tornos que Renfe ya ha instalado. El acceso a la planta primera estará cerrado por paneles de pladur que bloquean el paso e impiden el uso del ascensor y las escaleras mecánicas, y que solo tendrán una puerta para permitir el paso del personal de Renfe y Adif.

En cuanto a las obras, solo faltan "los últimos remates y terminar la instalación para la acometida eléctrica", según explicaron desde la dirección de obra, ya que "se inició más tarde porque coincidía en un espacio en el que Adif también iba a hacer obra".

Fuente: El Periódico de Aragón (www.elperiodicodearagon.com)