Esta línea, que es usada por 320.000 personas al día (120 millones al año), lleva funcionando desde hace más de 30 años y era una de las que registraba más averías, sobre todo, por problemas con el suministro eléctrico. Las obras de este verano se han realizado para, además de adaptar estaciones y andenes, sustituir la catenaria convencional por una rígida.
Según la compañía, la catenaria rígida de Metro, patentada por la compañía, cuenta con ventajas (respecto a la convencional) como la sencillez, robustez, la disminución de incidencias y los bajos costes de mantenimiento, lo que se resume en mejores prestaciones y menor coste de instalación.
Además, el coste del mantenimiento de un kilómetro de catenaria convencional supera los 14.000 euros, mientras que en el caso de la catenaria rígida de Metro no llega a los 7.000 euros. El perfil ofrece también la posibilidad de aumentar la velocidad máxima de los trenes hasta en un 25% manteniendo los niveles de seguridad y fiabilidad.
Para llevar a cabo estas obras, el Ayuntamiento de Madrid y el Gobierno regional, a través del Consorcio Regional de Transportes, han destinado 27 millones de euros, cofinanciados por partes iguales.
También se han destinado cuatro millones para renovar las instalaciones de ventilación de los pozos, y se ha cambiado la iluminación y los circuitos de fuerza en los 26 kilómetros de túnel.
Renovación de techos y paredes.
En estaciones como Nuevos Ministerios y Oporto se ha llevado a cabo la renovación de bóvedas, revestimientos y paramentos verticales, es decir, techos y paredes, además de la instalación de nueva iluminación. Aunque las obras no estarán finalizadas mañana, sí se habrán realizado los trabajos que más interferencias pueden ocasionar a los clientes.
En la estación de Carpetana, se están emplazando ascensores, pero la aparición de restos arqueológicos está retrasando las obras.
No obstante, las obras de mejora continuarán hasta el 2011. Otra de las novedades que se están implantando en línea 6 es el nuevo sistema de señalización y control del tráfico de trenes (CBTC), que permitirá aumentar su capacidad de transporte en un 30 por ciento hasta superar los 34.000 pasajeros por sentido y hora, mediante la reducción del intervalo mínimo entre trenes y del incremento del número máximo de convoyes que podrán operar simultáneamente en cada vía, siempre manteniendo los niveles de seguridad.
Fuente: El Mundo (www.elmundo.es)