Entre los aspectos más destacados de este vehículo es preciso señalar que, a diferencia de la mayor parte del material móvil ferroviario, construido por empresas especialistas del sector como, por ejemplo en la actualidad, la guipuzcoana CAF de Beasain, en el caso de la dresina D Nº 2 su origen se encuentra en los propios talleres del «Topo», situados en Rentería.
Otra singularidad de la dresina D Nº 2 es que únicamente cuenta de un puesto de conducción en uno de sus extremos. En consecuencia, aunque su motor tiene una marcha atrás para realizar pequeñas maniobras, para invertir el sentido de la marcha, dispone de un sistema elevador, mediante gatos hidráulicos, apoyados en una viga giratoria, con lo que era posible girar el vehículo a mano 180º.
Construida en 1972, la dresina D Nº 2 se utilizó en el servicio de inspección de la línea del «Topo», siendo muy útil en los primeros años de su existencia, dado que, debido al mal estado de la infraestructura, interrumpida por los hundimientos de los túneles de Herrera y Gaintxurizketa, fue preciso realizar grandes obras de reconstrucción de todas las instalaciones. De hecho, en alguna ocasión llegó a prestar servicio de viajeros. Posteriormente, continuó en funcionamiento hasta 1988, cuando este curioso vehículo quedó fuera de uso y fue preservado por el Museo Vasco del Ferrocarril de EuskoTren, que ahora lo ha recuperado y expuesto al público en sus instalaciones.
Fuente: Historias del tren