sábado, 23 de enero de 2016

NOTICIAS - Este es el 'edificio histórico' que mantiene en vilo a medio millar de cooperativistas


Son las históricas cocheras del Metro de Madrid en Cuatro Caminos, diseñadas por Juan Otamendi y Antonio Palacios, arquitecto, este último, del Círculo de Bellas Artes o del Palacio de Cibeles, actual sede del ayuntamiento, y cuya construcción data de 1919. Instalaciones que la Junta Municipal de Chamberí, a propuesta de Ahora Madrid y PSOE, quiere proteger y preservar a toda costa y evitar que desaparezcan, una vez se ponga en marcha el proyecto residencial que impulsan casi 450 cooperativistas que pagaron 88 millones de euros por el solar sobre el que se asientan.

Ambos partidos -a cuya petición se han sumado asociaciones como Madrid Ciudadanía y Patrimonio o la plataforma Salvemos Cuatro Caminos- pedían a finales de 2015 al Ayuntamiento de Madrid que iniciara los trámites para que estas cocheras sean incluidas en el Catálogo de Edificios Históricos de la capital, a pesar de que en mayo de 2014, la Real Academia de San Fernando y los técnicos de Patrimonio emitieron sendos informes técnicos en los que se certificaba que carecían de valor artístico o cultural alguno.

Además de la protección de las cocheras, piden su conversión en un Museo del Metro, lo que, según aseguran fuentes de la cooperativa, sería totalmente incompatible con su proyecto residencial.

No es la primera vez que la Junta Municipal de Chamberí pone en aprietos a una cooperativa. Hace menos de dos meses, la misma junta, también con Ahora Madrid y PSOE a la cabeza, pidió proteger el centenario Taller de Precisión de Artillería, situado en el solar de Raimundo Fernández Villaverde, donde la gestora Domo tiene previsto levantar más de 350 viviendas.

La petición ha provocado el enfado y preocupación del casi medio millar de cooperativistas, que temen que las viviendas de sus sueños, por las que ya han desembolsado 100.000 euros -y que llevan un año de retraso-, no lleguen a construirse. Y no es para menos, teniendo en cuenta también el revuelo que se ha generado en redes sociales, donde el apoyo a su conservación es evidente. El Confidencial ha entrado en la parcela de la discordia para ver, de primera mano, qué es y en qué estado se encuentra exactamente el patrimonio que se quiere proteger.

Y esto es lo que hemos encontrado; cristales rotos, edificios abandonados, material amontonado en desuso que, según la cooperativa, que se basa en los informes de los técnicos de Patrimonio, carecen de cualquier valor histórico o social, "puesto que las cocheras han estado y siguen estando cerradas al público, que difícilmente las asocia a la imagen histórica del barrio". No obstante, tal y como justifican los defensores de las cocheras, "el legado de los romanos o de los griegos está en ruinas y no por ello no se debe proteger".

Cesión de suelo

Una aprobación que, una vez más, se ha encontrado con una nueva piedra en el camino, ya que el Ayuntamiento de Madrid ha reclamado a la cooperativa el 10% del terreno de las antiguas cocheras del Metro de Madrid que le corresponde por ley, rechazando que dicha cesión de suelo se monetarice, tal y como había acordado la cooperativa, de manera verbal, con el anterior equipo de gobierno.

Fuentes del Ayuntamiento de Madrid han explicado a este diario que su postura es la de "conciliar los intereses de todo el mundo que, aunque son muy antagónicos, todos tienen derecho a ser escuchados. Tanto quienes quieren proteger las cocheras como los ciudadanos que ya han puesto dinero para comprar una vivienda".

Según fuentes de la cooperativa, la decisión de la corporación que preside Manuela Carmena, que ha rechazado diferentes alternativas legales para materializar dicha cesión sin que afecte al número de viviendas previstas en Residencial Metropolitan, supone en la práctica que el proyecto diseñado por el Grupo Ibosa deberá descontar unas 40 viviendas del total de viviendas proyectadas. Es decir, calcula que entre 42 y 47 socios cooperativistas se quedarán sin su casa.

No obstante, desde el consistorio aseguran que aún no se ha tomado ninguna decisión definitiva al respecto. De hecho, aún no se ha descartado que finalmente se pudiera aceptar la monetización de esa cesión del 10% e insisten en que su objetivo "es adoptar la mejor solución posible para todas las partes".

El sueño de los 450 cooperativistas comenzó a gestarse a finales de 2014, cuando la empresa pública Metro Madrid sacó a subasta el terreno de las cocheras de Cuatro Caminos, sin que en el pliego de la subasta se reconociera la protección de dichas instalaciones. Grupo Ibosa, en representación de la cooperativa Metropolitan, se impuso en la puja tras ofrecer 88 millones de euros.

Desde entonces ha pasado ya un año y el tiempo sigue contando en contra de los cooperativistas, que piden al consistorio agilidad en la aprobación de la modificación puntual del plan parcial que permita comenzar con los trabajos de demolición y levantar 443 viviendas, 63 de las cuales -es decir, el 15% del total- son protegidas.

Asimismo, la cooperativa está obligada a soterrar las actuales cocheras de Metro, lo que, en principio, sería incompatible con su protección y la construcción del museo que demanda la Junta Municipal del distrito de Chamberí. También deberá acometer un importante parque público de 17.000 metros cuadrados, duplicando las zonas verdes a que obliga la Ley del Suelo de 2001, y que dotará al distrito de Chamberí de uno de los ratios de zonas verdes por metro cuadrado de suelo más elevados de los previstos en las diferentes actuaciones urbanísticas desarrolladas en los últimos años en Madrid.

El proyecto contempla además el soterramiento, bajo las nuevas cocheras, de la subestación eléctrica ubicada actualmente en la calle Bravo Murillo junto al colegio del Porvenir, y la entrega al ayuntamiento de una parcela de uso dotacional de 6.700 metros cuadrados que podría destinar a un centro de mayores, una escuela infantil, una biblioteca o un centro cultural.

La piedra se encuentra, una vez más, en el tejado del Ayuntamiento de Madrid, que a punto estuvo de tirar por tierra la cooperativa que se desarrolla en Raimundo Fernández Villaverde, a escasos 1.000 metros de las cocheras de metro.

Fuente: El Confidencial