Alstom se hará cargo de 152 trenes de 100 metros de longitud (900 plazas), por un total de 1.447 millones de euros, mientras Stadler construirá 24 de la mismas dimensiones y 25 de 200 metros, por una cifra que alcanza los 998 millones de euros. De esta forma, la operadora española pone fin a casi una década y media sin inversión en nuevos trenes. La última vez que adjudicó un contrato de renovación de su flota ocurrió en el año 2007.
Quien se ha quedado fuera de esta millonario contrato ha sido Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), que ya a finales de 2020 daba por perdida la adjudicación tras otra filtración. La beasaindarra tenía depositadas grandes esperanzas en un año en el que el impacto de la pandemia también ha tocado a las grandes firmas. Fue la jeltzale Mertxe Garmendia en el pleno de control al Gobierno en el Senado quien afeó a la ministra de Industria, Reyes Maroto, el castigo a la firma presidida por Andrés Arizkorreta mientras quedaban 'vivos' en el proceso dos grupos «extranjeros», en alusión de Alstom y Stadler.
Garmendia subrayó su malestar ante el hecho de que, explicó, las razones para descartar a CAF de ese importante concurso fueran de orden técnico. Sobre la posición de 'finalistas' de la dos empresas extranjeras en el mayor concurso ferroviario de los últimos años, Garmendia calificó de «inaudito» el que «en esta época de una coyuntura económica difícil, no se apueste por el mantenimiento de puestos de trabajo» de empresas españolas.
Es de nuevo la marca francesa la que se interpone en el camino de CAF después de que Alstom tratara de arrebatar a la firma beasaindarra el megacontrato de trenes de cercanías de París. Una adjudicación de 2.500 millones que la beasaindarra logró el pasado 14 de enero junto con la canadiense Bombardier. Pero la adquisición de esta última por parte de la compañía gala le permitió hacer un movimiento, como es la retirada de la propuesta de Bombardier, que levantó una gran polémica en el sector y también en el país galo, hasta el punto de que las dos empresas públicas que sacaron la licitación amenazan con llevar a Alstom a los tribunales, ya que consideran que no hay marcha atrás posible.
Fuente: El Diario Vasco
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