viernes, 26 de octubre de 2018

NOTICIAS --- El Gobierno Vasco ve «difícil» que el TAV esté en 2023 pese a acelerar la estación de Bilbao


El Gobierno Vasco aún no quiere descartar la fecha de 2023, ese horizonte temporal en el que confiaba ver circular por Euskadi el tren de alta velocidad. Pero el cúmulo de contratiempos políticos, administrativos y técnicos que rodean la macroinfraestructura de más de 4.000 millones hace ya «difícil», «complicado» -asumen diversas fuentes del departamento de Infraestructuras- no tener que sumar otro año más al ya dilatado cronograma. El último revés importante estaba relacionado con las entradas y las estaciones de Bilbao, sobre todo, y de Vitoria. Dos diseños que quedaron encauzados en marzo con el anterior ministro popular, Iñigo de la Serna, pero que tras el cambio en el gobierno se habían vuelto a demorar. Y con él, el proyecto global de la Y vasca, que tiene como fin conectar las tres capitales. Pero después de algún tirón de orejas público realizado en las últimas semanas por el Ejecutivo de Vitoria a Fomento y del actual escenario de negociación presupuestaria, en el que el PNV exige el cumplimiento de los compromisos adquiridos para apoyar las Cuentas de Pedro Sánchez, el bloqueo se ha reconducido. Existe «un compromiso» para «acelerar» el estudio informativo aún pendiente con el fin de que en marzo de 2019 se someta a exposición pública.

Ese es el plazo fijado en la reunión del miércoles entre el Ministerio de Fomento, Adif, el Gobierno Vasco y las instituciones de Bizkaia, en la que salvaron las dudas técnicas que Fomento había expresado sobre la «solución» acordada con el anterior equipo para que el TAV entre de forma soterrada a Bilbao, y Abando se reconvierta en una estación subterránea con dos plantas para la llegada de trenes de alta velocidad y de cercanías. El presupuesto estimado para esa infraestructura que permitirá liberar en superficie 90.000 metros cuadrados es de 730 millones de euros.

Fomento cede y acepta, pese a sus reticencias, las dos plantas y el emplazamiento junto a la ría «del cajón ferroviario soterrado» anunciados el pasado marzo, y conviene con las instituciones vascas la ordenación urbanística definitiva y la reordenación y financiación del tráfico ferroviario durante unas obras para las que se estimó un plazo en torno a cinco años, lo que las situaría después de 2023. Fomento, no obstante, aseguró ayer que este acelerón «permite mantener las previsiones en cuando a plazos anunciados» para la llegada del TAV.

El encuentro sirvió también para dar un empujón a la entrada del TAV en Vitoria. Concretamente, el Gobierno Vasco anunció que el pasado septiembre se acordó el proyecto de soterramiento y de renovación de la estación, y que apremiará a Fomento para que las obras de Vitoria y Bilbao vayan acompasadas, «al mismo ritmo».

Gipuzkoa, por delante

La que va por delante es la estación de Donostia, que se licitará el próximo año, una vez se concluya el estudio constructivo que se está elaborando y que se pretende terminar antes del verano. Esta infraestructura, la menos compleja técnicamente y la menos costosa, también acumula ya varios meses de retraso aunque será la primera estación que se acabe. La comisión de seguimiento técnico de las obras, reunida el martes, avaló que este estudio avanza según lo previsto.

En Gipuzkoa, el Gobierno Vasco además quiere impulsar en la próxima reunión interinstitucional que mantengan con Fomento sobre el trazado en este territorio el tramo Astigarraga-Lezo del TAV, el último de este ramal. El departamento de Arantxa Tapia urge también al Ministerio a formular de inmediato el estudio informativo, que según el último cronograma realizado en 2017 debería estar ya en elaboración.

Fuente: El Diario Vasco