sábado, 20 de octubre de 2018

NOTICIAS --- El TAV entre Bergara y Lezo suma tres años de retraso y un sobrecoste de 70 millones


Una vez verbalizado el temor a que la demora en los proyectos de entrada del TAV a Bilbao y a Vitoria obligue a posponer un año, hasta 2024, la llegada del tren de alta velocidad a Euskadi, los desfases que también vienen sufriendo los trabajos del tramo de Gipuzkoa, en manos del Gobierno Vasco, parecen minimizarse. Pero ni por tiempo ni por dinero son una cuestión baladí.

En este momento hay cinco tramos en obras, la mayoría muy avanzados y con la previsión de que cuatro de ellos estén concluidos antes del próximo verano, tal y como estipula la última actualización del cronograma hecha en 2017. Pero desde su adjudicación, hace más de seis años, han acumulado retrasos temporales y sobrecostes económicos importantes. El último informe trimestral que repasa el estado de situación de la obra en Gipuzkoa, los 68,7 kilómetros del ramal entre Bergara y Lezo, revela que solo esos cinco tramos pendientes suman casi 70 millones extra de presupuesto respecto al adjudicado en su día, y que de media las máquinas llevan 3 años y medio más de lo que deberían sobre el terreno.

El resumen global de todo el trazado en este territorio habla de un sobrecoste derivado de los modificados y de las propias paralizaciones -que también cuestan dinero-, del 8,9%. Es decir, las obras realizadas hasta ahora en el tramo guipuzcoano -sin contar las estaciones ni el nudo de Bergara- ascienden a 1.834 millones de euros cuando el presupuesto de adjudicación fue de 1.575,3. En total, 258,8 millones de diferencia en los que se incluyen los cambios hechos sobre los proyectos de obra iniciales, las inversiones «complementarias» para reconducir imprevistos en terreno, las «obras de emergencia y las mediciones finales».

De esa cuantía, 69,3 millones corresponden al extra acumulado en los cinco últimos tramos que quedan por rematar, tres de ellos, los más caros de la veintena en que se divide el trazado. El último informe elaborado por Euskal Trenbide Sarea indica que el 54% del recorrido está terminado y recepcionado por Adif, la gestora ferroviaria estatal encargada en último término de financiar y de poner en marcha el tren, más allá de que el Gobierno Vasco ejecute y adelante en virtud de la encomienda pactada el dinero del tramo guipuzcoano. Los 22 kilómetros mencionados están en obras, y el 86% del trazado está adjudicado.

Los tres últimos tramos del trazado que aún están en proyecto, ese 14% del recorrido final, son los correspondientes a la nueva plataforma Astigarraga-Lezo, que también sufre una demora «sustancial», de diez meses. El tren podrá circular sin que termine su construcción. Pero el Gobierno Vasco espera que los retrasos derivados del último cambio en el Ejecutivo central y, con él, en los mandos de la maquinaria ferroviaria en Adif, no sumen muchos meses más, ya que el estudio informativo debería estar licitado para este final de año .

Más allá de esa última estructura de 9,7 kilómetros, que acogerá trenes de mercancías o de largo recorrido que no tengan parada en San Sebastián -adonde el TAV llegará por la vía convencional adaptada con el tercer hilo-, los cinco tramos en marcha avanzan, aunque con algunos trompicones. El más próximo a ser entregado a Adif es el denominado Urnieta-Hernani. Lo hará ocho años después de su adjudicación, en diciembre de 2010, cuando el plazo inicial previsto era de unos tres años. En concreto, según el informe, esta obra de 5,2 kilómetros repartidos en cuatro túneles, dos viaductos y una galería de evacuación lleva 96 meses en marcha, cuando estaba adjudicada para culminarla en 33 meses. Una diferencia sustancial, que se ha traducido por el camino en un incremento de 10,9 millones. De los 136,3 iniciales a los 147,2 vigentes. Los «últimos remates» que faltan por dar marcarán el coste final.

Al tramo Antzuola-Ezkio/Itsaso.Oeste le queda un poco más. Son 3,5 kilómetros divididos en un túnel y un viaducto de doble vía que fueron adjudicados al mismo tiempo que el anterior. Aunque con un plazo de ejecución muy superior, 63 meses. No obstante, también en este caso hace tiempo que esa fecha quedó atrás. En concreto, hace dos años. Las obras llevan 92 meses en marcha y, aunque están en la recta final, aún les falta un 5% para concluir toda la estructura del viaducto de Deskarga y del túnel de 2,8 kilómetros. El presupuesto vigente es ya de 151,3 millones de euros, 31,9 millones más del adjudicado.

Los 4,9 kilómetros que discurren entre Zizurkil y Andoain van un poco más retrasados, el último balance técnico lo sitúa al 92% de ejecución. Es decir, a los 33 meses que ya acumula de demora sobre los 46 en que se estimó el plazo de obra en la ejecución, habrá que sumar unos cuantos más. Ha concluido la excavación y el sostenimiento tanto del túnel de Aduna, de 4,7 kilómetros, como de la galería de emergencia. Y los operarios se afanan ahora en revestir ambos. Y el otro elemento principal, el viaducto de Antzibar que salva el río que desemboca en el Oria, está a punto de darse por finalizado, tras superar la prueba de carga, y a falta de colocar solo los últimos elementos como las barandillas. Esta obra lleva sumados 5 millones a los 180 por los que fue adjudicada en marzo de 2012. Es el tramo más caro, hasta el momento, del ramal guipuzcoano.

Nuevos contratos

Sobre los otros dos tramos, el Hernialde-Zizurkil y el Hernani-Astigarraga, planean más dudas. El primero, de 5,8 kilómetros, el más largo del territorio, sufrió el pasado mayo un frenazo. La consejera de Infraestructuras, Arantxa Tapia suspendió de forma «temporal parcial» las obras afectadas debido a la modificación del proyecto, que «simplifica» el original. Una paralización que «sigue vigente» a 30 de septiembre, fecha en la que está datada la evaluación de ETS, y que está pendiente de que se resuelva toda la obligada tramitación administrativa. Este tiempo se suma a los 34 meses de demora sobre el plazo inicial previsto, de tres años y medio, que lleva ya esta obra. Pero como las tres anteriores en el Departamento vasco confían en que se finalice el año que viene.

Los trabajos se encuentran ejecutados al 92,2%. Tanto el túnel de Anoeta, como el de Zizurkil están casi listos, al igual que los otros dos, el de Asteasu y el artificial de Ugarte. También los tres viaductos, los de Hernialde, Asteasu y Alkiza, han superado las pruebas de carga pertinentes. Habrá que esperar hasta la conclusión de todos esos trabajos para ver en cuánto más se incrementa el 4% de presupuesto extra que ya se ha invertido en este tramo respecto a los 158 millones de adjudicación.

El que peor pronóstico tiene, en cuanto a fecha para su conclusión, es el Hernani-Astigarraga. Apenas 2,4 kilómetros paralizados desde hace años tras una modificación sustancial de la obra, que ya no incluye la estación principal del TAV en Astigarraga e incorpora un cambio en parte del trazado. Así, este tramo adjudicado en 2011 y que debería haberse concluido en poco más de dos años, lleva cuatro y medio de demora (53 meses) y, ahora está pendiente de que se vuelva a adjudicar la obra. El pasado mes de junio se resolvió el contrato anterior, y de forma «inminente» se culmine la tramitación necesaria para sacar el nuevo proyecto, licitarlo y adjudicarlo. Mientras la obra principal, con dos viaductos que quedaron interrumpidos hace varios años, se reactiva, han avanzado otros trabajos como el expediente de emergencia para «estabilizar el meandro del Urumea».

Hasta el momento, este tramo suma un presupuesto de 86,4 millones, cuando fue adjudicado por 71,5. Otro extra al que aún quedan más ceros por sumar, los que deriven del nuevo contrato con el que se concluirá el trazado guipuzcoano por el que ya podrá circular el tren.

Fuente: El Diario Vasco