martes, 15 de noviembre de 2016

NOTICIAS - Transport Fever


Los pasajeros y las mercancías no se llevan solas o por arte de magia, y en Urban Games lo dejan claro con Transport Fever, un título para PC de estrategia, gestión y coordinación de medios como trenes, barcos, autobuses y aviones. Vamos, que a falta de que el transporte de mercancías se extienda hasta el espacio en algún momento, lo acaparan prácticamente todo.

Pero vayamos por partes. Como ya os dijimos en nuestra preview, para la cual tuvimos el placer de hablar con Tom Schretti de Urban Games, estamos ante un juego que está enfocado al público asiduo a los juegos de gestión, pero que también busca mostrar un aspecto accesible y un desarrollo que invite a los nuevos usuarios a unirse al mundo de los juegos con esta temática.

Transport Fever es una evolución lógica de Train Fever y de los mismos desarrolladores, que claramente no querían innovar sólo en el ámbito de los vehículos sobre raíles, sino que han decidido extender su sistema de juego a otra clase de transportes, abriéndose aún a mayor público y a un sistema mucho más complejo de redes de mercancías y viajeros. Y es que en los diferentes mapas no vamos a dedicarnos exclusivamente a un tipo de vehículo concreto. ¿Os sentís preparados para administrar todo a la vez? Más os vale, porque vamos primero a hablar de la jugabilidad.

Este aviso puede sonar negativo - cuando en realidad no lo es, sino que se trata de una simple aclaración - pero no nos cansaremos de decirlo: el público al que va destinado es aquel que disfruta de los juegos con la pantalla llenas de ventanas, texto, números y que se ven seducidos por la idea de pasar horas sentados controlando que todo funcione como es debido. O, como mínimo, a quien desee llegar a ese punto de implicación técnica mediante un preciso aprendizaje que, todo sea dicho, resulta bastante cómodo gracias al aire desenfadado, la relajada narración - en inglés - con instrucciones y la música ambiental del juego. No resulta nada difícil concentrarse.

Los núcleos urbanos, zonas industriales y costas que nos presenta Transport Fever son entornos que debemos conectar de forma satisfactoria, y para ello nos valdremos de diferentes recursos, en función de lo que se nos proponga. Cada misión se puede llevar a cabo al ritmo que el jugador crea más conveniente. Esto tiene un efecto directo sobre la duración del título, que dadas las diversas posibilidades que nos ofrece cada nivel, resulta extensa y variable.

Por supuesto tendremos objetivos concretos y necesarios para dar por superado el nivel, que van ganando dificultad hasta requerir de nosotros estar pendientes de tantos elementos que nuestra pantalla se volverá una algarabía de ventanas que nos veremos obligados a arrastrar de un lado a otro para tener visión del escenario y el funcionamiento de los elementos.

Así pues, contaremos con grandes zonas en las que seremos los encargados de realizar las necesarias conexiones, cada una de una índole. Hay que tener en cuenta que no todo el tiempo vamos a poder hacerlo todo, ya que sin ir más lejos, el juego se ambienta a lo largo de nada menos que 150 años de historia, comenzando en 1850. Un momento de la historia en el que difícilmente íbamos a poder montar un aeropuerto, por ejemplo.

Existen diferentes herramientas para montar nuestras redes de transporte, que van desde zonas de la pantalla que nos aclaran los objetivos a cumplir hasta otras en las que creamos líneas de conexión, control del tiempo (que puede ir hasta a 4x velocidad), la construcción de vías de tren, otra para los propios edificios de creación (astilleros para barcos, centros de construcción de trenes, fábricas de autobuses, talleres para aviones...) y por último, las propias estaciones.

Por supuesto, existen varios tipos de cada una, que iremos empleando conforme la situación lo requiera (o se nos pida), al igual que las vías, que construiremos atendiendo al terreno. Estas podrán sortear el agua mediante puentes, pero hay giros que resultan imposibles para las infraestructuras, lo que nos obligará a tomar rutas diferentes.

Los menús son la base de todo, ya que los escenarios poseen más carácter informativo que cualquier otra función. Así pues, las diversas capas activan para nuestra visión mediante colores qué sitios permiten conexiones y cuales no en los distintos apartados (distribuyen por zonas las ciudades, por ejemplo). Cuando llega la hora de la verdad, el proceso llega a resultar "simple": podemos crear calles y edificios urbanos, estaciones, creamos el almacén (o fábrica) del vehículo (hay 120 disponibles) que deseamos, ponemos carreteras o vías y generamos los vehículos propiamente dichos, que podremos ir mejorando en el transcurso de la partida, al igual que las propias estaciones y aeropuertos.

Se busca alcanzar el mayor confort para los viajeros y la mayor rapidez para las mercancías, y cuando en un mapa debemos cumplir una serie de objetivos (que van incrementando la cantidad y dificultad de forma exponencial), el reto va siendo mayor, al tener que controlar las diferentes líneas al mismo tiempo, encontrar las zonas de más afluencia de pasajeros (cada uno con sus preferencias, sea de tiempo, sea de gasto monetario) y en general, crear nuestro propio "imperio" de las comunicaciones por tierra, mar y aire. Contamos con dos campañas: la europea y la americana, cada una con siete misiones de dificultad creciente. A todo esto hay que sumar el modo de partida libre y que el juego es plenamente compatible con los mods de la comunidad de Steam Workshop, lo cual asegura una vida aún más larga del título.

olo nos queda hablar de un apartado: el técnico. Y es que todos estos datos y tablas serían bastante más aburridos y densos si tras ellos no nos estuviese esperando un escenario bien reflejado, bonito y frondoso. Por suerte, es el caso, y si bien no son espacios excesivamente grandes, estamos ante un nivel de detalle que sorprende. Basta con acercarnos a cada uno de los edificios (los cuales, por cierto, nos informan acerca de su año de construcción entre otros datos si hacemos click en ellos) y llegar hasta el nivel de suelo - todo lo que Transport Fever nos deja - para darnos cuenta el gusto con el que ha sido diseñado.

Detalles por doquier, edificios muy bien proporcionados (dentro de lo posible), calles que reflejan vida, zonas de campo con cantidad de vegetación, agua bien creada... estamos ante un trabajo digno de admiración desde el punto de vista técnico, que no obstante se resiente por lo clónico de sus elementos. No es nada que sorprenda, y tampoco podíamos esperar que cada ciudad o zona fuese única, pero no podemos evitar notar las similitudes entre los objetos de cada nivel, al menos cuando nos encontramos en la misma época. Y es que el reflejo de los medios de transporte va de la meno del de el entorno.

En cuanto al apartado sonoro, no podemos más que decir que las melodías son agradables y acompañan, sin más alardes. Cumplen su función, al igual que las narraciones en inglés (o alemán) y lo hacen de forma adecuada. No todos los juegos necesitan grandes efectos de sonido, y este es el caso.

El veredicto

Transport Fever cuenta con todo lo necesario para ser uno de esos juegos que los fans del género van a explotar hasta la saciedad. Y es que si de por sí ofrece misiones que pueden durar más o menos según cada usuario, la presencia del modo libre y las posibilidades gracias a la comunidad modder hacen de él un objeto de deseo (y disfrute) para los seguidores de esta clase de productos. Un juego largo, extremadamente técnico, divertido y a un nivel visual muy destacado. Lástima que no cuente con ninguna opción multijugador.

Fuente: Página web IGN España