Los retos de futuro de Girona viajan en tren. Es imposible explicar los grandes cambios que experimentará la ciudad en los próximos años sin referirse a la construcción de la línea de alta velocidad. Unas obras que culminarán en el 2012 con la llegada del AVE y que, en los últimos meses, han puesto patas arriba algunas de las principales calles y plazas. Todo un desafío para el ayuntamiento que, sin embargo, ha conseguido evitar hasta ahora que estos mastodónticos trabajos colapsen la movilidad de la capital gerundense.
La futura estación del AVE, que también lo será del tren convencional, será uno de los premios que obtendrá Girona tras tantos meses de ruido y polvo. La terminal, una colosal obra de ingeniería situada en pleno centro de la ciudad, será un moderno equipamiento que, entre otras mejoras, permitirá desplazarse a Barcelona en apenas media hora. Todo un hito de la modernidad si tenemos en cuenta que, actualmente, y en gran parte por culpa de las obras del AVE en la capital catalana, se tarda más de una hora y 17 minutos en cubrir ese trayecto.
La estación del AVE es la infraestructura más importante construida en Girona en el último siglo. Su construcción ha obligado a abrir una zanja de unos 700 metros de longitud y 30 de profundidad. Tendrá unas dimensiones de 480 metros de largo por 42 de ancho y contará con cuatro plantas: una para los andenes, otra de aparcamientos y una tercera para la nueva estación de autobuses, mientras que en la zona superior se ubicarán los servicios de atención al cliente y uso comercial. El recinto tiene que estar terminado en la primavera del 2011.
Galería de Sur a Norte.
Mucho antes, el próximo mes de marzo, la tuneladora Gerunda comenzará a perforar la galería de casi 7 kilómetros que atravesará el subsuelo de Girona de sur a norte. Es la primera vez que uno de estos ingenios se adentra en las entrañas de la ciudad, por lo que los vecinos han solicitado que se extremen las medidas de control y seguridad. Una petición a la que Adif ha respondido dando todo tipo de garantías.
La línea del AVE y el futuro túnel del tren convencional abren la puerta a una antigua aspiración de la ciudad: el derribo del viaducto ferroviario que atraviesa Girona. Un proyecto que, por el momento, no tiene ni calendario ni financiación, ya que el consistorio quiere que el Ministerio de Fomento se haga cargo de la costosa obra. Una propuesta que Fomento ha ignorado hasta ahora.
Mientras se aclara este dilema, Girona afrontará el 2010 con un presupuesto inferior al del año pasado en un 5,5% debido a la crisis económica. Una caída de ingresos que ha recortado notablemente las inversiones, que el próximo año se centrarán, sobre todo, en la culminación de la restauración del barrio de Santa Eugènia y en la mejora tecnológica de la red de movilidad y transporte público de la ciudad mediante los fondos estatales FEOLS.
Fuente: El Periódico de Catalunya (www.elperiodico.com)